A pesar de que la mayor parte de los hoteles del entorno de estas zonas tienen reservada la práctica totalidad de las plazas ofertadas, la apertura de las estaciones se prevé retrasar en función al régimen de las nevadas, según indicaron desde las distintas estaciones del Pirineo aragonés.
Aunque entre los responsables de las estaciones existe una "cierta preocupación" ante la inusual bonanza climatológica, no se descarta la posibilidad de que el frío y la nieve lleguen a las pistas en unos pocos días y permitan abrir las estaciones en fechas próximas a los plazos previstos.
Formigal, Astún y Candanchú
En la estación de esquí de Formigal se prevén para los próximos días unas temperaturas que no descenderán de los cero grados centígrados, por lo que sus responsables ven con dificultad la posibilidad de acondicionar unas pistas en diversas zonas para los aficionados.Similares impresiones tienen en las estaciones invernales de Astún, donde las temperaturas y la ausencia de heladas que endurezcan el suelo no hacen predecir la posibilidad de que la nieve cuaje en las pistas, y en Panticosa, cuyos responsables prefieren confiar en un cambio repentino de las condiciones meteorológicas.
En Candanchú, los responsables de la estación se encuentran también a la espera de una bajada de las temperaturas y de que la nieve cubra sus pistas en los próximos días, a fin de preparar con la mayor rapidez sus instalaciones.
Cerler
En la parte más oriental del Pirineo aragonés, la estación de Cerler se ve afectada también por temperaturas inusuales que dificultan el desarrollo de los trabajos preparatorios para el inicio de la temporada de esquí, a pesar de que las reservas hoteleras se encuentran en un nivel alto de ocupación.
Aunque la nieve sólo es observable en las cumbres, por encima de los dos mil metros de altitud, el personal de las estaciones se encuentra preparado para acondicionar las pistas una vez caigan las primeras nevadas.
