Los islandeses se han lanzado a esquiar como nunca esta temporada. Al menos en la estación de esquí de Bláfjöll, la más importante del pais al estar cerca de la capital, Reikiavik. Aunque asociamos aquellas tierras como un lugar frío y con nieve en invierno, la realidad es que las temperaturas suelen ser relativamente más suaves que en los países escandinavos por una corriente cálida que baña sus costas y las nevadas no son tan abundantes.
El sur de Islandia es tierra ganada a base de lava de los volcanes. Además nieva menos que en el norte, así que las estaciones de esquí están en la parte más septentrional del país. Pero abajo en la capital, hay un par de estaciones, e incluso alguna muy pequeña instalación para debutantes encajonadas entre las calles de Reikiavik.
Es el caso de los Skíðalyftan (remonte) de Grafarvogi, Ártúnsbrekku y Breiðholti, instalaciones con un pequeño telesquí de apenas un puñado de metros que permite que los pequeños islandeses y aquellos que quieran debutar, puedan aprender a esquiar.
Luego una vez saben bajar una pista en condiciones y quieren más, pueden irse a alguna de las dos estaciones de esquí cercanas a Reikiavik: Bláfjoll y Skálafell. Ambas pertenecen a la misma empresa y a apenas media hora en coche. Una al norte de la ciudad, y la otra al sur.
La que ha recibido más inversiones estos años es la de Bláfjoll. Inaugurada en 1968, actualmente cuenta con unos 14 remontes, aunque la gran mayoría son telesquís y telesillas de poca capacidad. Esta situación y su cercanía a la capital, provoca tantas colas los fines de semana, que muchos esquiadores preferían irse a la de Skálafell aunque era más pequeña, o quedarse en casa.
Hace un par de años Bláfjoll decidió invertir en sus remontes. Colocó un telesilla de cuatro plazas, y el pasado verano otro de dos plazas, probablemente uno de los escasos o casi únicos biplazas que se montan totalmente nuevos en la actualidad. Pero es un aparato suficiente para la afluencia de esquiadores que tiene la estación y que siempre da más capacidad que el telesquí al que sustituyó.
Y la estrategia ha sido buena. De hecho lo ha sido tanto, que Bláfjoll ha cerrado su temporada de esquí 2023-2024 con un gran récord absoluto de esquiadores. Grande porque su mejor dato era de hace nada menos que 15 años, cuando vendieron 84.600 días de esquí, por los más de 100.000 que han despachado este invierno.
Hay que tener en cuenta que entre ambas fechas, lo habitual era vender entre 60 a 70.000 días de esquí. Pero ahora la gente se ha dado cuenta que podía esquiar más. Que no tenía que hacer colas, y que su forfait no perdía valor.
Además los responsables de Bláfjoll invirtieron en modernizar el sistema de producción de nieve para garantizar la temporada desde diciembre al mes de marzo. Hay que recordar que Islandia está bañada por la corriente marina templada del Golfo. Se forma bajo la influencia de las corrientes de Florida, Yucatán y la atlántica en el golfo de México.
Esta corriente rodea prácticamente la mitad del planeta en un círculo de 20 000 kilómetros. La diferencia de temperatura del agua en la corriente del Golfo y el resto del océano es de unos 7-9 grados entre Islandia y el resto de países escandinavos. Y esto hace que nieve algo menos y que las temperaturas sean más suaves. Un sistema de nieve artificial ayuda en estas latitudes.
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La estación de esquí de Bláfjoll está a solo media hora de Reikiavik, capital de Islandia.
