El montañero tenía experiencia de más de diez años de esquí y había estado en Candanchú en varias ocasiones. Sus familiares consideran que pudo existir negligencia por falta de medidas de seguridad, por lo que ayer anunciaron la presentación de una querella contra el estación invernal.
Joaquín Zabalza Moreno, socio de la víctima en una empresa de distribución de electrodomésticos y testigo presencial del accidente, explicó que éste se produjo "cuando Paul me esperaba con sus hijos y mi hija. Los esquís se deslizaron hacia atrás y, aunque intentó controlar el equilibrio, desapareció por la ladera. Al parecer, él se asió a algún saliente y detuvo temporalmente la caída, pero, cuando llegué cerca del lugar donde estaba para ayudarle, se desprendió y ambos caímos juntos al intentar pararle".
Según el testigo, al llegar al suelo, comprobó que su amigo tenía dos heridas en la cabeza y una herida sangrante de más de 20 centímetros en el lado izquierdo. "Intenté parar la hemorragia y llamé al 112, aunque antes acudieron otros esquiadores a ayudarnos, entre ellos un enfermero. Cuando llegó la moto de asistencia, nos dijeron que no llevaban vendas grandes para cortar la hemorragia porque se habían acabado", añadió.
Finalmente llegaron otros sanitarios que vendaron la herida y colocaron al afectado un collarín. Le dijeron a Zabalza que se fuera y él se dirigió al hotel a recoger a la mujer de la víctima para regresar con ella y con sus hijos al lugar de los hechos.
"Ya habían llegado ambulancias y los sanitarios le realizaban maniobras de reanimación cardiaca. Vi como le trasladaban de ambulancia con un gotero de suero en la mano para seguir con los masajes y se lo llevaron hacia el hospital de Jaca, según nos dijeron", relató Zabalza.
Posteriormente, un médico explicó a la familia que, a pesar de que habían intentado reanimarle durante 50 minutos, Paul había fallecido.
El testigo no entiende por qué no estaba protegida por una red la zona donde cayó su amigo. "Sí que había red a tres metros de este punto, pero no allí. Sin embargo, a primeras horas del día siguiente ya se había colocado una en ese lugar. Si existía peligro, tenía que estar protegido y señalizado", opina.
Según Zabalza, otros dos testigos, que vieron el accidente desde el telesilla, ya se han ofrecido para declarar sobre los hechos.
Eduardo Roldán, director de la estación manifestó ayer su "indignación" porque los familiares hubieran acudido a los medios de comunicación. "Éste es un momento muy amargo, para mí y para todos los empleados de las instalaciones, que hicieron esfuerzos sobrehumanos para reanimar a la víctima y se encuentran muy afectados", añadió.
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