Pues como me imagino que os pasaría a muchos de vosotros, el viernes, en cuanto nos dejó el trabajo salimos pitando hacia Andorra. Los que habéis estado allí en otras ocasiones sabréis que en estas fechas se pueden llegar a montar unos atascos monumentales. Sin embargo, y para mi sorpresa, tuvimos una entrada de los más tranquila. Me atrevería a decir que más tranquila, incluso, que la del fin de semana anterior.
El sábado me levanté temprano. Ha habido años que las colas en los remontes son tremendas y, por lo menos, trataría de evitar las de primera hora. Al abrir la ventana me llevo la desagradable sorpresa de que está chispeando. ¡Dios mío! ¡Con la poca nieve que hay!
Sin embargo, cuando llego arriba del todo descubro que ha nevado algo, y que la nieve está estupenda. Como voy solo y no pierdo el tiempo, me recorro lo que creo que puede estar mejor en poco rato. Y, como tengo que dejar de esquiar temprano, no me importa hacerlo rápido y fuerte. Eso irá dando tono a las piernas para el resto de temporada.
Me acerqué a la pista Àliga de El Tarter, ya sabéis, una pista FIS que miman con mucho cariño y que estaba "planchadita", una delicia. Espero que toda la temporada esté en perfectas condiciones, ya sabéis que en ella se celebran competiciones a todos los niveles.
El primer día del puente tuve que dejar la estación muy pronto. Sobre las 11'30 de la mañana dejé de esquiar, y la dejé en estas condiciones. ¿Qué os parece? Poca gente, mucho sol y buena nieve. ¿Cómo te puedes ir en esos momentos? Pues con mucha pena.
Día 6, domingo.
El 6 era el día temido. Andorra estaba repleta de gente, la tarde anterior había habido grandes retenciones. Así que madrugamos un poco y llegamos, una vez más, de los primeros.
En esta ocasión iba a ser un día de esquí familiar. Primer día para el resto de la familia.
Tengo que decir que la semana anterior nos había tocado un premio en uno de los sorteos de GrandValira, y mi mujer iba a poder disponer de dos forfaits gratis. Agradezco a la estación la cómoda gestión, te lo ponen todo muy sencillo.
Pues una vez más, y por increíble que parezca, disfrutamos de un día familiar de esquí con algunos momentos para nosotros solos. Es cierto que había más gente que el día anterior, pero yo creo que mucha menos que otros años. Y, seguro, mucha menos de la que se podía preveer teniendo en cuenta cómo estaba Andorra de gente. Hubo momentos en los que estuvimos practicamente solos.
Es cierto que la calidad de la nieve había mermado, pero aún así se nota el gran trabajo que han hecho en la estación. Si la conoces un poco te puedes mover por zonas con nieve en muy buen estado. Otras zonas estaban algo peores, y el paso de los esquiadores y las altas temperaturas pasan factura.
Echamos un gran día de esquí.
Día 7, lunes.
Yo diría que el día que más gente hubo, pero aún así se pudo esquiar muy tranquilo y con pocas filas. La estación tiene buenas instalaciones y puede mover mucha gente a la vez, pero además, creo que no había demasiada gente.
Como esquié solo desde primera hora pude juntarme con diferentes amigos. Aproveché para hacer bajadas de las que no puedes hacer en familia. Unas por velocidad, o sea "a saco". Otras por técnica, que nunca hay que dejarla de lado y siempre hay que practicar. Otras por nivel de pistas, y otras porque los amigos son auténticos "craks" del esquí a los que es muy dificil seguir. En alguno de los casos es literalmente IMPOSIBLE. Si algún día me da tiempo igual les echo una foto en acción, pero es casi imposible.
Un día de esquí de alto nivel para un turista como yo, en muy buenas compañías y aprendiendo mucho.
Ni una foto. Imposible.
Martes 8.
El último día. Como los niños estaban cansados empecé a primera hora por mi cuenta.
Un día más sorpresa por la poca cantidad de gente en pistas. ¿Pero dónde está la gente que colapsaba las carreteras el día anterior? No pasa nada, más disfrutamos los que quedamos.
En la zona de Soldeu había pistas perfectas. Planchadas como las sábanas de los hoteles de cinco estrellas. Impresionantes. Hay que agradecer el trabajo de los Pisters, de la gente de las máquinas que trabajan por la noche y de los empleados de la estación en general. Han dejado una estación en unas condiciones muy buenas teniendo en cuenta las pocas precipitaciones habidas.
Me acerqué a dar las gracias personalmente a estos pisters de Soldeu por su gran trabajo. Ahora lo hago, además, públicamente. Es cierto que una estación tan grande es imposible cubrirla a la perfección, pero el trabajo que realizan es de altísimo nivel.
El día 8 de diciembre es mi aniversario de bodas, y es un placer poderlo celebrar en la nieve con lo mejor que uno tiene, una buena familia y muchas ganas de disfrutarla.
Pues una vez más teníamos una estación casi para nosotros solos. Así que nos pudimos entretener viendo cómo había quedado por fin el nuevo complejo en la base de la estación.
Es estupendo, unas instalaciones súper modernas, muy cómodas, muy prácticas y que te hacen mucho más agradables los trámites de compra de forfait, de compra de clases de la escuela, la nueva cafetería, lavabos,...
Pues ya sé que no lo creeréis, pero una vez más estuvimos prácticamente solos.
Al principio la mañana se tapó un poco, pero luego salió el sol y disfrutamos como niños, nunca mejor dicho.
Una de las personas que se encarga de que esta estación sea especial para tantísima gente.
En fin amigos, un año más la Purísima ha pasado. La condición no ha sido perfecta al 100% pero se ha podido disfrutar muchísimo. Espero que en vuestros casos haya sido parecido y que las de los años próximos sean, como mínimo, como la de este.
Ya falta poco para volver a la nieve. Hasta entonces, voy a pensar en el momento en el que paré a hacer esta foto todas las noches antes de acostarme. Recorrer una pista así entre pinos, tan bien planchadita y para ti solito es una maravilla.