Hace un año de la presentación del Pasaporte del Esquiador en el Principado de Arturias, y desde entonces han habido tanto voces discordantes cómo de apoyo para este proyecto que, entre otras cosas, busca la estandarización, y cito textualmente “asimismo una satisfacción personal para los mismos y mayor facilidad para el progreso, al saberse poseedores de unas capacidades determinadas de manera objetiva y comprobada”.
Fotografía por Lídia Riudor.
Podemos ver los siguientes resultados:
Si: 64%
No: 19%
NS/NC: 16%

Es pues, almenos en esta encuesta una propuesta aceptada. La muestra es de 338 usuarios sobre los que han leído el artículo (5815) es un 5,81%.
Aún así, des de mi punto de vista, el pasaporte del esquiador, tiene un enfoque adecuado en cuanto a técnica y desarrollo de habilidades, pero también faltaria trabajar en los formatos de evaluación (plantillas de examen, grabación de alumnos y comparación) cómo, trabajar en la adquisición de conocimiento de las señales y peligros de la estación, es decir, en la seguridad (el nivel B ya incluye el conocimiento de normas FIS).
Entendemos pues, que no es un distintivo identificador pero, para buscar un símil, lo podriamos ver cómo un permiso (coche, barco..) es decir, algo que nos capacita o evalúa para utilizar un vehículo en las vías públicas. En el esquí el vehículo són los esquís y las pistas las vías. Es por ello, que no estoy hablando de hacerlo obligatorio, ni de abrir el mercado en general (cómo se ha hecho con las escuelas de conducción, certificados médicos...) sinó que lo veo cómo unos requisitos previos que un esquiador o esquiadora puede pasar para poder disfrutar de la estación y no poner en peligro ni a él mismo ni a los de su alrededor des de el conocimiento. A la vez que, disponer de cultura general de las condiciones climatológicas, protocolo de rescate y de respeto del medio ambiente, factores a veces olvidados en las estaciones.
Un ejemplo de contenidos puede ser esta presentación que preparé para orientar en seco a usuarios de las estaciones:
Al mismo tiempo, es una herramienta motivadora para los alumnos, permitiéndoles saber dónde están y a donde van, con sus carencias y sus virtudes, cómo un estándar adecuado para que los técnicos deportivos puedan organizar mejor los grupos sin perder tiempo de practica a la vez que facilitar las reservas.
¿Y vosotros y vosotras que pensais?
Gerard Rosell