Los siete globos de Cristal en la Copa del Mundo de Snowboard los logró mientras competía también con los esquís. Desde 2016 la corredora de Atomic de 25 años ha tomado la salida en 48 carreras del 'circo blanco'. Aunque sumó puntos desde su primera participación, no fue hasta su carrera número 14 que logró meterse en un top-10 cuando quedó 7ª en el Descenso de Lake Louise.
En 2019 logró también en la estación canadiense su primera victoria. Fue el 6 de diciembre, y al día siguiente a punto estuvo de subirse de nuevo al podio cuando quedó en 4º lugar. El pasado 8 de febrero sí logró quedarse el tercer cajón, de nuevo en un Descenso pero en la pista alemana de Garmisch-Partenkirchen. Unos días después, y antes de que se parara todos por el coronavirus, consiguió otro tercer puesto en la Combinada de Crans Montana.
Entrenando en una lengua de nieve
Con este currículum, no es de extrañar que sea una de las deportistas preferidas de la República checa, donde no dudan en apoyarla en lo que sea necesario para que les siga trayendo éxitos. Así que aprovechando que este país centroeuropeo las medidas de confinamiento por coronavirus han sido más relajadas y permitían por ejemplo hacer deporte, Esther Ledecka pidió a los responsables de la estación de esquí de Červenohorské sedlo (al norte de la región de Moravia), que le dejaran entrenarse en una de sus pistas.
Los responsables del complejo invernal no pusieron problemas, pero advirtieron que las temperaturas centrales del día estropeaban la nieve. Así que acordaron que se les permitiese comenzar a las 06.30h de la mañana y entrenar hasta las 09h.
El despertador de la corredora checa sonaba cada día a las 04.30h de la mañana, y junto a su entrenador Thomas Bank y si skiman Milos Machytko estuvieron entrenando las disciplinas de Slálom y Slálom Gigante. Espera poder entrenar las especialidades de Velocidad en cuanto se abran los glaciares de los Alpes, lo que nos da una idea de que la chica va a por todas y busca ser también multidisciplinar.
Ledecká pasó primero dos semanas en cuarentena ya que regresaba de Austria. Luego se entrenó en casa hasta que logró organizar el entrenamiento en pista. Los primeros días lograron montar 30 puertas en unos 700 metros de pistas, pero conforme pasaron los días lo que ya empezó a ser una lengua de nieve se quedó en 400 metros y ya solo entrenaban Slálom. La esquiadora subía hasta la parte más alta enganchada a una cuerda de cinco metros atada a una moto de nieve para cumplir en todo momento con los protocolos de distanciamiento social.
El año pasado solo compitió en dos carreras de Copa del Mundo de snowboard, la de Rogia, donde ganó, y la de Bad Gastein que quedó segunda. Ahora parece que va a dar el salto a la de esquí alpino. Este pasado invierno participó en 16 pruebas con un saldo de 503 puntos.
Espectacular, ¿no? Pues atentos porque este portento de chica parece que no tiene suficiente, y dice que se está preparando también para participar en los Juegos Olímpicos de... Verano! Está buscando plaza en WindSurf para París 2024, aunque esta disciplina se hará en Tahití, en la Polinesia Francesa donde sí hay mar.