Pocos días épicos podemos relatar durante una temporada, incluso hay años que nos debemos de conformar con días de sol eternos y caminitos de nieve artificial durante jornadas y jornadas.. Pero siempre suele llegar el momento, tarde o temprano sabemos que llegará nuestra tan deseada “Llevantada” para dejar paso a los tan deseados días de gloria.
Llega el momento de pasar a la acción con todo lo que hemos estado pensando durante el invierno. Días de esquí que flotan en nuestra imaginación y que, por fin, con el avance del invierno y la reactivación de nuestro mediterráneo, podemos hacer realidad.
No me voy a enrollar mucho, tampoco tengo demasiadasfotos - No era día para estar pensando en la cámara. Suerte que en el grupo nos acompañaba mi hermana, y ella sí que encontró algún momentito para inmortalizar algunas estampas. Incluso el apagón de luz que sufrimos en toda La Molina, fue bucólico y tubo su sentido. Como todo en estas latitudes se hace esperar, e incluso cuando todo parecía perfecto, llegó Endesa para ponernos las cosas en su sitio.
Saliendo de casa temprano con los nervios de una jornada especial.
Mi amigo Pablo en las primeras bajadas, entre arboles por la zona de Torrent para calentar piernas
Durante todo el día nos acompañó una ligera nevada y niebla espesa, a ratos. Un día espectacular
El apagón por poco no nos pilla subiendo el Cap de Comella. Toca esperar y comentar la jugada entre los presentes. Todo lo bueno se hace esperar.
Como echábamos de menos la Alpina, por el centro, por la derecha, más a la drecha…
El día avanza y nos vamos adentrando más a la montaña, siempre evitando las zonas más expuestas a los aludes como la zona de Coll de Pal y la cara Oeste del Puigllançada. Los arboles nos guían el camino entre la niebla.
Aún y ser conocedores de la montaña, la niebla nos jugó alguna mala pasada y terminamos bajando por sitios donde no hubiéramos deseado entrar.
El resto del día lo pasamos entre ElsComs i más allá del Clot de l’Hospital. De la zona no hay fotos, ya que sobre las 14.00h la niebla se cerró tanto que la visibilidad se redujo al mínimo.
Felicitar a La Molina por el trabajo hecho durante las 48h posteriores al temporal, visto lo que llegó a caer entre nieve – agua- nieve,fue un milagro poder disfrutar de casi todo el dominio abierto. Mientras Masella solo pudo habilitar las zonas medias y bajas.
Els dies de gloria han arribat, esperem que Febrer es comporti i puguem gaudir d’una segona part de la temporada per recordar.
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