Kearney, nacido hace 25 años en Bradford (Pensilvania), y Baumgartner, de 35 y natural de Iron River (Michigan) completaron sus bajadas en ese orden en la prueba por equipos en la que relegaron a la segunda plaza mundial a los españoles Lucas Eguibar y Regino Hernández.
Tanto en la ceremonia de entrega de ramos, en pistas; como en la de entrega de medallas, en la Plaza de Andalucía de Pradollano, en Sierra Nevada, donde nevó con fuerza, ambos riders estadounidense se mostraron muy alegres y joviales; cantaron a voces el himno de su país y bailaron encima del podio.
Ambos recibieron -al igual que Luki y Regino- sus medallas de manos del presidente de la Real Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI), May Peus; y su antecesor en el cargo, Eduardo Roldán, miembro del Consejo de la FIS (Federación Internacional de Esquí) y representante en estos Mundiales del presidente de ese organismo, el suizo Gian-Franco Kasper.
Con anterioridad, en la sala de prensa de los campeonatos, Kearney, que compite con anillos de calaveras y se declara ferviente admirador de Motörhead, explicó a Efe que estaban convencidos de su victoria, basada en una estrategia sin presión en la que él salía bien y su compañero era "difícil de pasar". Kearney, quien confirmó que esta noche darían una vuelta por los locales de Sierra Nevada para festejar su triunfo, ha afirmado que
"Siempre amé España. Es uno de los sitios más enrollados del mundo. Me encanta el sol y estos días anteriores han sido estupendos aquí, en esta estación, que es maravillosa"
Baumgartner indicó a Efe que le gustó mucho el circuito de competición "porque me gusta los que son exigentes y muy movidos, los que miras y te dan miedo. Soy el más fuerte de la pareja, difícil de adelantar. Esta ha sido mi mejor bajada de todas las que he hecho durante estos días en Sierra Nevada. No hay un sitio mejor para competir que España. En ningún otro sitio hay tanta gente, ni te encuentras un público tan ruidoso. Nos encanta Sierra Nevada. Y nos encantan las mujeres españolas"