La Fundación Barredo, asentada en el campus de Mieres y en Siero, tiene ya registrada su primera marca de producto tras cinco años de investigaciones. El resultado es Cablescann, un software informático que permite chequear durante las 24 horas del día el estado de un cable para detectar cualquier anomalía o rotura en aplicaciones tan comunes como un remonte mecánico de una estación de esquí, una jaula de un pozo minero o un ascensor. La Fundación ha solicitado también ya la patente y está trabajando en la próxima comercialización del producto, pionero en España, que realizará a través de varios socios para que Cablescann se comercialice junto con el resto de los equipos relacionados con este sector.
De momento, está haciendo ya algunos ensayos para dar a conocer el producto. Según confirmó el director general de la Fundación Barredo, Benito Solar, personal del equipo investigador ha formado ya a varios trabajadores de la estación de esquí de Pajares, una de sus posibles aplicaciones, para que se vayan familiarizando con el producto. El resultado de estos primeros ensayos ha sido bueno, por lo que la Fundación ha decidido repetir estos cursos el próximo mes de mayo para continuar las pruebas.
Pese a este notable éxito, la Fundación Barredo no da por terminado el trabajo. Benito Solar confirmó que todavía quedan por desarrollar varias fases de la investigación, que están dirigidas a completar el producto. «La investigación nunca se acaba, aunque tenemos muchas esperanzas en que salga todo bien. Nuestra idea es introducirlo en los circuitos de comercialización cuando estemos seguros de sus resultados», puntualizó Solar. «Los cables pueden fallar por diversas causas y nuestro objetivo final es que cualquier defecto interno o externo se domine con un software como el que hemos creado», añadió.
En la primera fase de investigaciones, la Fundación Barredo ha conseguido un sistema para detectar fallos en cables por la rotura de sus hilos. En las siguientes etapas, que al menos habrá dos más, el sistema informático permitirá detectar otros errores de los cables, como la corrosión o los aflojamientos. Todas las investigaciones para este producto se hicieron en las instalaciones que la Fundación tiene en Mieres, junto al campus universitario de Barredo. Su patronato lo componen los ayuntamientos de Siero y Mieres -los concejos donde están ubicadas sus dos sedes- y la Universidad de Oviedo.
El trabajo no ha sido sencillo. La Fundación desarrolla este proyecto desde el año 2001, en que empezó a trabajar con un cable patrón donde iba colocando sucesivos fallos para que el prototipo los detectara. El análisis que realizó quedó grabado en un ordenador que, tras obtener todas las conclusiones deseadas, se derivó a un pequeño equipo del que salió el producto final. La Consejería de Industria sigue de cerca los avances de este proyecto y, según confirmó Benito Solar, lo presentará oficialmente en los próximos meses.
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