Éste viaje data de mayo de 2007.
Tras muchas horas consultando en internet, estudiando libros y preguntando a los mejores conocedores de la historia del esquí en nuestro país, se tomó la decisión de viajar allí. No estaba claro: Mathias Zdarsky y Sondre Norheim,... ambos padres del esquí...
Era evidente que solamente uno podía haber sido el primero. Pero es cierto que ambos lo eran, aunque cada uno en un punto diferente.
Había que ir a Øverbø, en el valle de Morgedal. Ambas localidades (Morgedal también es un pueblo y Øverbø es una mini aldea) se encuentran en la región Noruega de Telemark.
Al llegar a Noruega en la línea de bajo coste más grande del mundo, por un precio muy bajo, al aeropuerto de Torp Sandefjord, uno se da cuenta de la altísima renta per cápita de los noruegos. Costó más del doble el viaje en autobús desde el aeropuerto hasta Oslo, que estaba a unos 100 km., que el billete de avión. Y desde allí nos desplazamos a Morgedal.
Habíamos visto muchas fotos de aquel lugar con tanta relevancia histórica, pero no era comparable a verlo con nuestros propios ojos.
El primer punto de referencia obligado era el museo del esquí de Morgedal.
Allí su director y gran telemarker, Asle K. Bø, nos aclaró muchos de los diferentes conceptos y puntos de vista sobre ambas teorías.
Paseamos por el pequeño (comparado con el de Holmenkollen) pero completo museo, donde se pueden observar elementos antiguos como fotos, vídeos, trajes, talleres de ceras y de esquís, e incluso una réplica de cabaña lugareña de hace 200 años parecida a la utilizada por Sondre.
Asle nos indicó donde se encontraba la cabaña de Sondre (que se divisa desde el museo) y como acceder.
La mayor impresión fué que se podía entrar en la histórica caseta tan solo cogiendo la llave que hay unos metros antes de subir la parcela, cualquier día del año, a cualquier hora, y sin ninguna vigilancia.
Una vez allí fue aun más impresionante si cabe el ver que ésta se encontraba en perfectas condiciones, con todo tipo de artilugios utilizados por Sondre personalmente hace 150 años y sus fotos, sillas, mesa y cama reales.
Nadie lo había maltratado y mucho menos aprovechado.
También había un gran libro en el que dejar constancia escrita de los visitantes.
La sensación de encontrarnos en la casa del mencionado esquiador, junto a las laderas por las que descendía, era placentera.
Desde allí fuimos a Bergen, una ciudad al sudoeste, y a Voss, una de las estaciones con más importancia del país y cuna de grandes esquiadores a nivel mundial, especialmente de esquí de baches.
Cuando se viaja se observan continuamente trampolines de salto nórdico donde entrenan y se divierten los lugareños. Mantienen orgullosos sus costumbres y tienen claro que son el punto de referencia, por tradición, del resto del mundo. Mas aun, cuando el récord de longitud de salto nórdico lo posee un noruego, Bjoern Einar Romoeren, con 239 metros.
El siguiente punto de referencia del viaje era ir al museo de Holmenkollen en Oslo. Posiblemente es el más importante hablando de esquí a nivel mundial, y uno de los primeros en fundarse. Tiene todo lo que se pueda imaginar sobre esquí alpino, nordico, e incluso snowboard.
Sobre él se levanta el histórico y renovado trampolín de Holmenkollen, al que se puede subir hasta el punto desde el que se lanzan los saltadores, y desde donde se divisa la bella bahía bahía de Oslo.
se sitúa bajo el trampolín del mismo nombre
Agredecimientos a Guille Gallego y Jorge Grande por acompañarme en este viaje, y a Asle K. Bø por su hospitalidad en Morgedal
Más información relacionada, en el libro enciclopédico "El Esquí" de Robert Puente.