Foto: Atomic
Cuando un esquiador se retrasa, flexa la parte de la cola consiguiendo doblar únicamente ese segmento de la tabla para direccionarlo hacia donde quiere ir.
El el resto, al venir con el arco o pre-curvatura hacia abajo, pretenderá continuar recto o incluso girar en dirección opuesta.
La tendencia a retrasarse es el resultado de diferentes factores que afectan al esquiador.
Estos básicamente son tres:
- El miedo
- La aceleración
- La inclinación de la pista
Así se esquiará de una forma más cómoda, natural y efectiva.
Por consecuencia, el peso se mantendrá básicamente entre el centro de la superficie plantar y el metatarso, que es la parte más cercana a los dedos.
Llevar los brazos algo adelantados ayuda a mantener la centralidad, pero no es una acción que lo obvie.
Es habitual confundirlo con mantenerlos estirados y/o agarrotados.
Tampoco esquiando se debe "apoyar en la lengüeta", ya que este gesto bloquea el tobillo y el fémur dificultando el canteo además de restar equilibrio.
Conviene recordar la posición básica de esquí que indica el apoyo plantar en su parte más adelantada. Sin embargo con la tibia simplemente hay que tocar la lengüeta.
Mantenerse siempre centrado es irealizable. La realidad es que hay que intentar luchar continuamente para desequilibrarnos lo menos posible. Mejor aún, jugar con los desequilibrios y sacar provecho de ellos.
Así, en caso de ir siempre "apoyados alante" tampoco se podrían aprovechar los desequilibrios.
Definición: Llamamos centralidad a la habilidad para mantener una posición equilibrada, cómoda y efectiva sobre los esquís utilizando movimientos dinámicos.
Objetivos: Principalmente corregir la habitual posición retrasada del esquiador.
También por otro lado:
- Evitar la pérdida de estabilidad en cualquier fase de la curva derivada de un desequilibrio.
- En caso de desestabilizarse involuntariamente, mejorar la inmediata recuperación a la posición idónea.
- Si el desequilibrio es voluntario, aprender a sacarle el máximo beneficio.
Desarrollo: Se practicarán ejercicios que desarrollen la habilidad (desequilibrios voluntarios) sobre todo en el tren inferior.
En un segundo plano, ejercicios para mantener la posición más bien estática, pero adelantada respecto al centro de gravedad.
Ejercicios:
- Viraje delfín
- Bajar girando con un sólo esquí
- Diagonal dejándose caer alternativamente alante y atrás
- Diagonal dando saltos
- Esquiar continuadamente con las colas levantadas (yendo muy adelantados)
- Esquiar continuamente con todo el peso en las colas (levantando las espátulas)
- Esquiar con los ganchos de las botas sueltos
- Adelantar uno y otro esquí alternativamente sobre todo en la máxima inclinación
- Levantar esquís alternativamente en descenso directo, hacia delante y marcha atrás
- Caminar dando pasos adelante o hacia atrás a alta velocidad especialmente durante la curva
- Manos o bastones en la nuca (no cuello) empujando hacia delante y cabeza alta
- Bastones en bandeja adelantándolos al límite
- Esquiar con ojos cerrados
- Esquiar de espaldas
La centralidad es básica para mantener una posición correcta y equilibrada que permita a su vez realizar de manera eficiente todos los movimientos.
Comentarios: Para desarrollar la centralidad, en lugar de practicar los ejercicios casi estáticos habituales como bastones en la nuca, soltar ganchos, manos adelante con o sin bastones en bandeja,... es preferible realizar ejercicios de movilidad, agilidad y equilibrio como son saltar, mantener el equilibrio en un esquí, balancearse alante y atrás en una diagonal, etc.