Por la planificación que tenían el único mes posible era febrero así que junto con otro amigo decidimos comprar los vuelos para ir a verlos y pasar un mes de vacaciones en tierras niponas los 4. Como la idea era recorrer todo el país de norte a sur no pasó por alto la posibilidad de ir a esquiar a Hokkaido los primeros días, pues es más que conocida la reputación que tiene la isla respecto a temas de invierno. Así que dicho y hecho, los tres primeros días pasarían a estar dedicados al esquí y a las actividades que eso conlleva. El plan fue salir de Barcelona, llegar a Tokio y directamente coger el vuelo a Sapporo. Después de esta dura paliza de 22 horas llegamos al destino y así nos lo encontramos:
Calles bien nevadas, aceras resbaladizas y bastante frio fue el recibimiento que tuvimos. Acababa de nevar y nos dijeron también que en Kutchan y alrededores seguía nevando. La cosa pintaba bien por el momento.
El día de llegada coincidía con el Sapporo Ice Festival que se hace anualmente en el parque Odori así que lo fuimos a ver. Ahí van algunas fotos de las esculturas, todas hechas a mano.
Al final del día pusimos rumbo a Kutchan en el último tren que había. Al llegar nos esperaba el transfer del hotel en la estación para recogernos. El hotel disponía de transfer hacia Hirafu y viceversa, aunque si no te iban bien los horarios hay una parada de bus justo enfrente.
A la mañana siguiente nos despertábamos con estas vistas:
Había estado nevando la noche anterior y se notaba. La felicidad se palpaba en el ambiente. Pusimos rumbo hacia Grand Hirafu. Hacia un poco de calor, de hecho, tuvimos que abrirnos las chaquetas y todo… Luego de hacer un par de bajadas de calentamiento tocaba ir hacia las Gates.
En este caso se trataba de la Gate 8, con final en la zona de Annupuri. Aunque llegamos casi sobre las 10:30 aun había muchas zonas vírgenes.
Disfrutando por primera vez del polvo japonés. No eran los montones que aparecen en los videos promocionales, pero tampoco nos podíamos quejar. El día se mantenía con nubes altas así la que la nieve se conservó bastante bien durante toda la jornada. Siguiente parada, la Gate 3.
En esta toca quitarse los esquís y subir andando unos 15 min hacia el Mt Annupuri, lo mas alto del resort. Aquí las vistas desde un poco más abajo de la cima.
La bajada hasta otra vez Annupuri es la que más desnivel te ofrece y la verdad es que estaba impecable ese día. Repetimos un par de veces esta ruta, las otras dos sin salir desde arriba del todo, pues la verdad es que cansa bastante ir con los esquís al hombro cuesta arriba.
Toca reponer fuerzas. Llegamos tarde en casi todos los restaurantes ya que muchos cierran a las 15 o antes y al final nos tuvimos que conformar con un menú infantil, pero bien rico que estaba.
Por la tarde nos quedamos al sector de Hirafu ya que las conexiones cierran, durante todo el día no nos movimos del sector Annupuri haciendo todas las gates de esa zona, pero ahora tocaba un poco de pisteo al ir cayendo la noche.
Alargamos la jornada hasta las 19 porque nos lo tomamos con calma. El transfer del hotel ya se había ido así que toco ir en bus, que resultó ser gratuito enseñando el forfait del mismo día. Al llegar al hotel ducha bien calentita, cena y caímos rendidos antes de las 22h. Había sido un día duro para las piernas, al menos para las mías jajaja. Tocaba reponer fuerzas para el siguiente.
Por la mañana el día se presentaba con mas sol y la cosa iría yendo a mas al avanzar la jornada. El transfer puntual como el día anterior nos acercaba de nuevo hacia el Welcome Center de Hirafu. Esta vez tocaba explorar la zona de Niseko Village.
Empezamos por la Gate 11, a la que se accede justo por el lado del antiguo remonte que sube des del pueblo. Luego de una larga pateada ese era el aspecto que presentaba el comienzo:
La nieve ya no era tan pura como la del día anterior, pero al menos en la parte alta aún se podía disfrutar. Digo eso porque a partir de la mitad por desgracia ya era como la que puedes encontrarte al pirineo sin exagerar…
Vistas de Niseko Village desde la zona intermedia de la Gate 11.
Lo mismo de antes, al principio bien, pero al ir bajando la cosa cambiaba drásticamente.
El día se iba despejando a medida que avanzaban las horas y como no había tantas posibilidades como en la zona de Annupuri decidimos hacer la ultima bajada por debajo de la telecabina e ir a hacia la zona de Hirafu para poder comer a tiempo en uno de los restaurantes de por ahí.
De camino al restaurante con el imponente Yotei en frente, esta vez cubierto de nubes en la parte alta.
Al terminar como aun era temprano fuimos a explorar la zona de Hanazono que a priori es la mas familiar de todo el resort, aunque dispone de dos interesantes gates, la 5 y la 9. En la 9 depende de la ruta que tomes acabas o en Hirafu o en Hanazono. Nosotros la hicimos dos veces una por cada variante y luego la Gate 5 que parte de la zona superior de Hanazono la repetimos 3 veces. Esa gate tenía mucho potencial, pero lamentablemente la nieve ya no estaba para tirar cohetes entre el sol y las pisadas de la gente, una gran lástima.
El ocaso haciendo acto de presencia, cosa que significaba que el momento de pisteo había llegado, y es que relaja un montón pistear por la noche, con muy poca gente y con mucho mas silencio que de día. En concreto teníamos una pista preferida para carvear con amplios giros, pues las otras estaban llenas de baches y era un engorro bajar por ahí.
Como de costumbre el transfer se había ido ya al llegar a la base así que tocaría coger bus.
Pero ese día lo cogeríamos mas tarde, era día de exploración de Hirafu Village, aprovechando que la cosa estaba bastante animada fuimos a dar una vuelta.
La gente tal cual salía de las pistas iba al primer local que encontraba. De camino al restaurante que nos recomendaron unos locales. El ramen calentito con las carnes que tiene ahí de verdad que tiene un efecto recuperador como pocas otras cosas.
Cenamos temprano así teníamos tiempo de ir a dar una vuelta por los locales de apreski antes de la salida del último bus. Muchos australianos y americanos. La gente se sorprendía cuando decíamos que veníamos de Barcelona. Aunque por cosas del destino conocí a un profe de andorra que lleva 10 temporadas ahí. También se sorprendió y comentando la jornada nos dijo que este año era flojito respecto a nevadas por el fenómeno del Niño, invitándonos a volver y a contactar con el año que viene, afirmando que zonas de Central Hokkaido reciben mucha más nieve que Niseko, pero muchas están más enfocadas al Touring y al esquí de travesía, actividad que tampoco descartamos de probar si el premio que obtienes luego vale la pena.
El ultimo día decidimos ir a Rusutsu, mas que nada por conocerla también ya que eran las dos estaciones que teníamos más a mano. El día se presentaba muy soleado.
La estación estaba completamente vacía. Solo algunos grupos de colegios pero que no se movían de la zona de debutantes del resort. La nieve super transformada ya... no valía la pena salir fuera de pista a menos que no aprecies tus rodillas.
Impresionantes vistas del Yotei y de la zona principal del resort.
Pistear fue la tónica general de la tercera jornada de esquí. Pues uno se siente un poco decepcionado al ir a Japón a esquiar teniendo una imagen en mente y viendo luego la realidad. Pues no es lo que uno espera pasarse dos horas en el Snowpark porque no hay nada mejor que hacer… pero bueno, no hay mal que por bien no venga: ¡Se tendrá que volver a ir!
Magnificas vistas del Mt Yotei desde la cima del Mt Isola, la parte más alta de Rusutsu.
Terminamos el día en un Onsen típico de la zona, era nuestro último día de esquí y nos lo merecíamos. A la mañana siguiente volvíamos a Sapporo para seguir con el grueso del viaje.
Durante el trayecto del tren pasas por las playas Otaru, lugar donde convergen el mar y la nieve en una bonita estampa. Lamentablemente solo tengo un video de ese momento. Al llegar de nuevo a Sapporo fuimos a degustar la comida local. La verdad es que todo esta muy bueno.
Paseíto nocturno por las calles aun nevadas y a dormir temprano que el vuelo lo tendríamos a primera hora hacia Tokio.
El aeropuerto cubierto de nieve y una intensa nevada cuando ya estábamos dentro del avión obligaron a retrasar mas de 2h el vuelo haciéndonos llegar a Tokio prácticamente de noche entre una cosa y otra.
Después de 4 días estupendos en Tokio, con el coche de alquiler pusimos rumbo a Nagano, siguiente parada del viaje. Lugar donde en un gran acto de fe, decidimos ir un día a Nozawa Onsen. Creo que fue mas por el pueblo que por otra cosa porque la noche anterior no paraba de llover. Al disponer de coche fue más fácil tomar esa decisión. Al llegar a Nozawa el panorama era el siguiente:
La parte alta cubierta de niebla y la nieve muy compactada ya. Los itinerarios de Yamabiko casi todos impracticables y rompedores de piernas, incluso diría que peligrosos al quedarse los esquís enganchados en la nieve muchas veces.
Eso sí, las pistas muy bien tratadas y sin nadie apenas. Pero volvemos a lo de antes, uno no va a Japón para ir a pistear entre lluvias y niebla. La situación en la parte baja era desoladora.
Se aprecia el efecto de la lluvia en toda la montaña.
Así que el plan fue quedarnos en la parte alta que al menos estaba decente. Típica foto en el cartel de la carretera donde en verano circulan los coches.
Las ultimas bajadas del día con el sol dejándose entrever.
Para llegar abajo nos metimos por un fuera pista donde por un poco mas no salimos de él. ¡Entre la niebla y la nieve pegajosa creo que fue la peor decisión del día, aparte de ir a esquiar!
Al menos la visita al pueblo y sus respectivos Onsen estuvo de perlas y compensó un poco la jornada de esquí (por decirlo de alguna manera)
El siguiente día amaneció lloviendo, el plan era ir a Hakuba pero viendo lo del día anterior se descartó de inmediato y el su lugar fuimos a ver el bonito parque de los monos que se encuentra cerca de Shiga Kogen y al que se llega luego de una caminata de unos 20 minutos.
Al llegar te encuentras los monos por todas partes con la típica cara rojiza.
Incluso tienen un Onsen para ellos al que los trabajadores del parque van regulando la temperatura según las condiciones y la estación del año.
Conclusión: El viaje en si fue impresionante, bien es cierto que lo del esquí fue como una especie de extra pero aun así nos hubiera gustado encontrarnos las típicas estampas de Japow de verdad. No me quejo porque el resto de días y lugares que visitamos lo compensaron de calle y nos vamos siendo conocedores de estas estaciones, como llegar y mucha más información útil que nos servirá el próximo año al volver. En mi caso, el próximo año si que voy a enfocar el viaje como de esquí exclusivamente porque con 3 días y uno de regalo tampoco haces mucha cosa la verdad. Solo espero que las condiciones sean mejores porque la verdad es que el terreno da para jugar mucho y eso hay que aprovecharlo. Me despido con esta imagen que muestra la seña de identidad de Tokio, donde lo antiguo tradicional se mezcla con lo mas moderno y le da un toque único que pocas otras pueden igualar.
¡Un saludo a todos y ya vendrán tiempos mejores!