Y por ahí empezaré mi relato, por el porqué decidí el Valle de Aosta primero y La Thuile (Espace San Bernardo en realidad) después. El viaje fue, como dice el título, familiar. Es decir, no se trata de un viaje de esquiadores rebosantes de adrenalina, dispuestos a darlo todo de 9:00 a 17:00 sin parar, había que combinar un destino atractivo turísticamente con buenas posibilidades para el esquí y un alojamiento confortable para el apre-ski familiar, que implicaba incluso algo de tareas escolares. Y todo ello a un precio razonable. En general, el último requisito se logra escogiendo un destino nacional, ya que sólo con ahorrarte el coste del transporte (avión, coche de alquiler) no hay posibilidad de comparación. Sin embargo, la situación nivosa de las estaciones patrias sugerían esta vez buscar un destino alpino, donde las condiciones a priori eran mucho mejores, como así se demostró.
En mi caso particular, ya que viajo por trabajo con bastante frecuencia, tenía suficientes puntos acumulados para poder reducir sustancialmente el coste de los billetes de avión, así que buscando opciones entre Munich, Ginebra, Turín, Milán, Venecia y demás, las mejores posibilidades nos las ofrecía el aeropuerto de Milán Malpensa, además de que Italia es de largo el país que más visito, y por tanto donde me siento más cómodo.
Volando a Malpensa, las posibilidades son bastante amplias, ya que técnicamente tienes la práctica totalidad de las estaciones alpinas italianas a tu alcance. Y aquí es donde empecé por rastrear los reports que Nevasport tiene publicados de foreros que han visitado las diferentes estaciones italianas, además de mis propias experiencias en viajes anteriores. Tras revisar un buen número de ellos, la decisión fue volver al Valle de Aosta, sitio conocido por mi y por mi mujer, donde viajamos en Marzo de 2019 en un viaje combinado al valle y posteriormente al Lago di Como.
El siguiente paso sería buscar un alojamiento. A priori, la idea sería buscar un alojamiento en el valle, lo más centrado posible, y que nos dejara lo más equidistantes posible de las diferentes opciones de esquiar. Busqué en Aosta, la capital del valle, que está a una distancia razonable de todas las posibles opciones: Courmayeur, La Thuile, Pila, Cervinia y Monterossa, estas dos últimas más alejadas en realidad. Encontré muy cerca de Aosta, en el pueblecito de Gressan, un alojamiento que inmediatamente me llamó la atención por su calidad aparente, buen precio y la cantidad de comentarios positivos que tenía en internet. Se trata de 21barra5 Guest house (21barra5.it), una moderna casa con tan sólo 6 habitaciones, 2 dobles normales y 4 dobles con posibilidad de triple o cuádruple incluso, construida con criterios de sostenibilidad y ahorro energético. La elección fue perfecta, la casa resultó muy cómoda, con un desayuno muy bueno (cosa importante para el esquí), y con instalaciones muy adecuadas para las actividades apres-ski familiares que os comentaba al principio.
Sólo quedaba el tema del coche de alquiler, tema sencillo en un aeropuerto grande como Malpensa, así que nada interesante que destacar, utilicé el portal Rentalcars y elegí la mejor oferta posible dentro de la categoría que quería. A tener en cuenta que hay algunas empresas pequeñas que tienen su oficina y parking fuera del edificio principal de la Terminal 1 de Malpensa, lo cual puede hacer el proceso algo más largo y bastante más incómodo, y por lo tanto es importante considerarlo.
DIA 1- Viaje y preparativos
Todo listo para el viaje, que comenzó con madrugón el 10 de Enero para coger el vuelo de las 7:30 AM de Barajas a Malpensa, donde llegamos a las 9:30, recogida de maletas y coche y camino de Aosta. Una de las ventajas de elegir este destino es que el camino es, en su totalidad, autopista. Eso sí, de peaje, pero autopista. Los precios que pagamos, para vuestra referencia:
Tramo 1: Malpensa-Bard: 13,40 €
Tramo 2: Bard-Salida Mesero (Aosta): 7,60 €
El haber pagado en dos tramos fue porque decidimos parar en el Fuerte de Bard (https://www.fortedibard.it/en/), una de las atracciones turísticas por excelencia del Valle. Una fortificación del siglo XVI, que alberga el Museo de los Alpes entre otras atracciones visitables. Si lo quieres ver todo, cuesta 24 € por adulto, si sólo quieres ver una de las 5 posibles visitas son 8 € (es lo que hicimos nosotros, ver sólo el museo), y para los niños es gratis si son menores de 18.
En realidad, subir en sus ascensores tipo funicular, ver las vistas desde arriba y pasear un poco es lo único que realmente queríamos, y por ello nos compensó de sobra la parada. El museo no está mal, pero tampoco nos pareció espectacular. El pueblecito al pie es también de esos que se dicen “con encanto”.
Otra curiosidad de este sitio es que aquí se rodaron escenas de la pelicula de Marvel “Vengadores, la era de Ultrón”, y hay unas figuras grandes de personajes de los Vengadores, aquí tenéis a mi hija haciendo el tonto con la de Hulk:
Llegados al alojamiento, tocaba la planificación de esquí: Teníamos 4 días por delante, y debíamos dilucidar dónde esquiar cada día. Las opciones reales que nos planteamos eran:
- Pila: la estación “local” del pueblo de Aosta. Comunicada con un telecabina desde el mismo pueblo, resultaba cómoda y sencilla. A cambio la estación es “pequeña” y lo pongo entre comillas porque tiene más o menos el tamaño de Cerler en cuanto a kilómetros de pistas
- Espace San Bernardo (La Thuile-La Rosiere): estación conocida como ya mencioné, tamaño “grande” para nosotros (170 km de pistas), aunque obviamente es mediana en comparación con los grandes resorts alpinos
- Courmayeur: De nuevo una estación “pequeña”, ligeramente de mejor acceso desde Aosta, y con el atractivo extra del SkyWay Montebianco.
Las otras opciones, Monterrosa y Cervinia se quedaban para un futuro, ya que al final la distancia desde Aosta supera la hora de trayecto.
Tras conversaciones con los dueños del alojamiento, y sopesadas todas las opciones con calma durante la tarde, decidimos sacar 3 días de Skipass. La ventaja de los Skipass de las estaciones del Valle de Aosta es que tienen un cierto grado de compartición, es decir, en el caso del skipass de 3 días, lo sacas para una estación y uno de los 3 días puedes elegir usarlo en cualquiera de las otras estaciones, excepción hecha de Zermatt, donde sólo podrías esquiar en el lado italiano (Cervinia). Tienes opciones de sacar skipass de 6 o más días con acceso a Zermatt dos de ellos, pero no iba a ser nuestro caso. En esta web podéis ver todas las modalidades posibles de forfaits del valle.
La idea inicial sería hacer dos días en Espace San Bernardo y un día en Pila o Courmayeur. El tiempo iba a ser espectacular los tres días y no iba a ser un factor a tener en cuenta en ningún caso, pero sí hubo un factor que nos limitó bastante, y era el equipo. Por cuestiones de comodidad fundamentalmente, viajamos sin equipo y había que alquilarlo. Mover a cinco personas con su equipo de esquí, si tener portaesquís es complicado, y en su momento al alquilar el coche no lo pensé. Llegados al aeropuerto, lo pregunté pero lamentablemente no tenían disponibilidad, y eso nos limitó. Lección aprendida para el próximo viaje, ya que el coste, sin ser barato, tampoco es prohibitivo. Por tanto, si queríamos cambiar de estación, había que re-alquilar todo el equipo de nuevo, lo cual es un procedimiento tedioso y que te hace perder bastante tiempo como todo el mundo sabe.
Además del tema del alquiler, al finalizar el segundo día de esquí hicimos un “cónclave familiar” en el que quedó claro que mis hijos no querían ni oír hablar de cambiar de estación, estaban encantados con Espace San Bernardo y por lo tanto a pesar de que yo si estaba a favor de pasar por el aro de volver a alquilar y así probar otra estación, ganó la democracia y perdí yo. Una excusa más para volver.
DIAS 2-3-4 - Espace San Bernardo
En este apartado voy a daros una impresión general de lo que me encontré los tres días que pasé en la estación, sin dividirlo por días sino por zonas, ya que al final exploramos las diferentes partes de la estación cada día sin un orden específico, y la meteo nos premió con tres días de lo que para mi son condiciones ideales: frío (pero no demasiado), solazo y prácticamente cero viento. Así los tres días. Además, tuvimos nieve nueva caída los días anteriores a nuestra llegada. ¿Se puede pedir más?
Lo primero, el acceso a la estación desde Aosta, es bastante cómodo, ya que la autopista llega hasta el pueblo de Morgex, donde se inicia la subida a la estación, una carretera que tiene un tramo de curvas no muy largo, y que no se hace pesado, sería similar a un Benasque-Cerler por poner una referencia. El coste de la autopista desde nuestra ubicación es de 9 € por trayecto, pero si no vas con prisa, puedes usar la “Strada Statale” (equivalente a nuestra Carretera Nacional) que es cierto que pasa por todos los pueblos, pero al final el ahorro en nuestro caso era tan solo de 6-7 minutos por trayecto, frente a los 18 € del peaje, Merece claramente la pena la carretera normal si lo tienes que hacer cada día.
Llegados a la estación, tienes la posibilidad de un parking “gratuito”, justo pasado el telecabina Les Suches, que es el acceso principal de la estación, aparcar en la propia calle, o el de pago, que está justo un poco antes del telecabina. El primer día, que era jueves, pudimos aparcar en el “gratuito”, que lo pongo entre comillas porque tienes que poner un ticket de estacionamiento del ayuntamiento de La Thuile, que son 5 € para el día completo, mientras que en el parking de pago la tarifa de día completo son 8 €.
En cuanto al alquiler, usamos la tienda que está en la base del telecabina (Berthod Sport), donde nos atendieron muy amablemente y pudimos dejar el equipo guardado para el día siguiente con la consiguiente comodidad.
Antes de empezar a contar sobre las zonas y pistas de la estación, quiero deciros que no hemos esquiado fuera de pista en ningún momento, aunque había cantidad y calidad de sobra para hacerlo, nosotros somos esquiadores de pista. La estación tiene varias zonas diferenciadas, siempre accediendo desde La Thuile:
La Thuile Zona baja (La Thuile - Les Suches) :
Es la comprendida entre las estaciones de salida y llegada del telecabina Les Suches: en esta zona se concentran las pistas más retadoras de la estación, incluida la famosa Franco Berthod, que se ha usado en varias ocasiones en la Copa del Mundo, que tiene un pala de 73% de pendiente y que para un esquiador no demasiado pro como yo, resultó un buen reto. Otra pista interesante es la 2 o Diretta, otra negra que “sólo” alcanza el 63% de pendiente en una de sus palas y que también se ha usado en la última Copa de Mundo femenina celebrada en La Thuile en 2020. Esta es la pala final, que fotografiamos justo tras bajarla:
Por la parte izquierda de la zona, tienes unas cuantas pistas rojas y negras, como las Nuova o Muret que en su parte más baja transcurren entre abetos y son muy espectaculares a la vista:
Esta zona la visitamos siempre al final del día, lo cual no era tal vez lo ideal por el cansancio acumulado, y también porque al estar entre árboles el paso de esquiadores hace que afloren las placas de hielo, cosa que experimentamos con gran desagrado el segundo día bajando las Nuova, que resultaron una tortura para nuestros cuádriceps. Es preferible bajar las negras 2 y 3, que tienen mucho más pendiente pero son más anchas y no están tan expuestas al problema del hielo.
La Thuile Zona media (Les Suches - Chaz Dura)
Casi lo primero que haces al salir del telecabina Les Suches, es coger la silla de 4 Chaz Dura Express, que te lleva directamente al punto más alto de la estación a 2.579m. La parte central de esta zona está compuesta por pistas azules anchas, facilonas (alguna de ellas pudimos hacerla en schuss de principio a fin, para haceros una idea), y te tienes que ir a los lados para poder disfrutar de pistas rojas, que también son anchas, y que nosotros tuvimos la suerte de disfrutar con una calidad de nieve espectacular.
Salvo el primer día, donde estuvimos algo más de tiempo por esta zona, normalmente la primera ruta era para dirigirnos hacia Francia y La Rosiere para tratar de aprovechar el máximo posible en la zona francesa antes del “toque de queda” (es un decir) para volver a Italia. Esto es importante, ya que si te pillas los dedos con la hora de volver, la trastada es importante,y en todos los remontes que se usan para la conexión, tienes este cartel:
En resumen, entre 5 y 15 minutos de retraso en cerrar los remontes por culpa de una o más personas, te soplan 68 € de multa, o si es más de 15 minutos, la broma sube a 276 €, en ambos casos precio por persona. Y esto siempre y cuando quieras volver esquiando y no prefieras bajar a La Rosiere y buscar donde pasar la noche y/o volver en algún tipo de transporte. Vamos, que mejor no jugársela.
La Thuile-La Rosiere Zona de conexión (Belvedere -Piccolo San Bernardo)
Esta zona está situada literalmente por detrás de la zona principal de La Thuile, incluso en el mapa de pistas oficial de la estación se representa en un rectángulo separado con una flecha que apunta a la zona trasera del plano, haciendo ver precisamente eso. Se accede por la pista roja 7 San Bernardo, que es un pequeño cuello de botella ya que todo el mundo debe pasar por ahí, y los días de más afluencia se hace montonera de nieve en la primera curva, que es estrecha y cerrada. No es difícil ver gente parada, así que es mejor estar bien atento. Desde ahí tienes acceso a un zona de pistas rojas y una negra que bajan por la parte derecha hasta la silla Fourclaz Express que te devuelve al punto de partida (Chaz Dura), o tienes la opción de bajar hasta la silla Belvedere, o más abajo la Piccolo San Bernardo para conectar con una pista azul larga y tendida (ojito con perder velocidad si no quieres remar) que lleva hasta la primera silla de La Rosiere, llamada Chardonnet. Aquí una toma de la pista azul con un mar de nubes bajas de fondo:
Hacia la mitad de la pista a la derecha está el famoso cartel que marca la frontera entre Francia e Italia, punto habitual de fotos de recuerdo que por supuesto nosotros también hicimos.
Es interesante empezar a ver pequeños cambios al pasar a La Rosiere. Siendo que las estaciones están conectadas desde hace tiempo, cada una tiene su idiosincrasia, su cartelería diferente y su forma de marcar las pistas. Si os fijáis en el mapa, las pistas de La Thuile están marcadas con un número sin más (luego tienen nombre, pero en el mapa no lo ves), mientras que las pistas en La Rosiere sí vienen marcadas con nombre. Otra característica diferencial es que en La Rosiere existen pistas verdes para principiantes, mientras que en La Thuile sólo hay pistas azules.
La Rosiere zona baja y Fort
La silla Chardonnet termina en el Fort de la Redoute a 2.390m de altitud, desde el que puedes disfrutar de una vista panorámica hacia el valle y en particular un primer plano bastante bueno del Mont Blanc / Monte bianco. Otro de los lugares icónicos del resort para quitarte los esquís un momento y hacerte unas cuantas fotos.
A partir de esta zona, tienes el acceso a La Rosiere, que como estación en sí es relativamente pequeña, y donde tienes una zona izquierda entre el Fort de la Redoute y el Roc Noir hasta el pueblo de La Rosiere, donde predominan las pistas azules y solamente en las zonas más bajas puedes tener alguna pista que transcurre entre árboles.
En el extremo izquierdo de la estación hay una pista roja, la Fontaine Froide, que desciende hasta una zona llamada Ecudets y que si discurre totalmente entre árboles.
Al hilo de los cambios al cambiar de estación, destacar que los remontes de La Rosiere son más modernos y cómodos que La Thuile, casi todos son Sillas desembragables de 6 plazas, rápidas y cómodas, mientras que en La Thuile no tienen ni una de más de 4. Sin duda una gran diferencia que se nota bastante.
La Rosiere zona Mont-Valaisan
La zona más alta del resort es la zona de Mont-Valaisan, que sólo es accesible desde la parte francesa, bajando desde el Fort de La Redoute hacia la izquierda por un par de pistas rojas (lac y blaireau), que dan acceso a dos sillas consecutivas, ambas, como no podía ser de otra manera, desembragables de 6 plazas llamadas Moulins y Mont-Valaisan. Desde allí las vistas son espectaculares, la foto me temo que no hace justicia, como suele ser habitual en este tipo de fotos panorámicas.
Desde allí la bajada es por la pista 2800, bastante divertida y que compensa el tener que coger dos sillas para acceder a ella. Esta pista está totalmente aislada y parece un poco “matar moscas a cañonazos” el poner dos pedazo de sillas de 6 para sólo una pista, lo que me hace pensar que esta zona sin duda se ampliará, si bien es cierto que toda la parte derecha desde el pico Mont-Valaisan es a día de hoy espacio protegido, con lo cual esa parte al menos está descartada de momento para cualquier ampliación.
Servicios y Restauración
Hago un breve apunte final para valorar mi experiencia desde este punto de vista. En general los servicios de la estación son de calidad media, hablando del acceso desde Italia por La Thuile. La parte del parking me pareció bastante mediocre, no muy bien señalizada, y me puedo imaginar bastante lío en cuanto aparezca algún día de alta ocupación. En cuanto a los servicios en la zona de acceso, taquillas y demás, me recordaron un poco a Pradollano en Sierra Nevada, pero más reducido en tamaño. Tuvimos la suerte de acceder por primera vez un día de diario de temporada baja, y la recogida de forfaits fue rápida y sencilla, sin colas, pero de nuevo tuve la impresión de que en un día de mucha afluencia sería bastante peor.
En cuanto a restauración, nada muy reseñable, variedad de sitios con todo tipo de oferta, desde bocadillos y pizzas hasta restaurantes sentados. Mención especial a Maison Carrel, en la parte izquierda de La Thuile, casi empezando la bajada hasta la base, donde pudimos degustar unos platos de pasta excelentes, y tuvimos la suerte de que nos atendieran camareros españoles, y no tener que usar mi italiano ultrabásico.
DIA 5 - Visita a Turín y regreso
El último día podría haber sido también un día de esquí, ya que nuestro vuelo de vuelta era relativamente tarde, no obstante también queríamos hacer un poco de turismo, aunque fuera testimonial, y decidimos dedicar el último día a visitar, aunque fuera de forma breve, la ciudad de Turín, que yo la tenía pendiente desde hace mucho tiempo. Turín es grande, casi tanto como Milán (que tampoco es que sea gran cosa de tamaño), pero es una ciudad muy agradable, y darte una vuelta por el centro viendo algunas de sus calles y plazas más emblemáticas merece la pena dedicarle medio día.
CONCLUSIÓN
Un estupendo viaje de esquí familiar, no muy larg o y con un poco de todo, aunque el ingrediente principal fue el esquí. El Valle de Aosta es un destino sencillo de acceder, con precios razonables (para como están las cosas en general), y con mucha diversidad de opciones para elegir. Cómo no, la comida es siempre un punto a favor, es difícil comer mal en Italia, la pasta y la pizza son siempre buenas opciones, el nivel es muy bueno en casi cualquier sitio, pero el Valle de Aosta tiene una gastronomía propia muy interesante, con platos típicos como las polentas y los embutidos típicos de allí como el lardo, que te abren el abanico a otras opciones menos habituales. Desde el punto de vista del esquí, las opciones del valle son magníficas, variadas y para todos los niveles. Así que la pregunta es: ¿cuánto tardaré en volver al Valle de Aosta? Espero sinceramente que sea poco.