El Circo de Saboredo culmina y cierra (o mejor dicho da origen) al Valle de Ruda, en el pirineo Aranés. El acceso típicamente se realiza por una pista de tierra que arranca poco después de pasar la urbanización de Baqueira 1.500, aunque en nuestro caso tuvimos que improvisar un poco ya que dicha pista estaba cortada por varios aludes, no demasiado grandes pero si lo suficiente como para impedir el paso de vehículos.
Nuestro viaje da comienzo el viernes 24 de Abril, partiendo desde Madrid 4 valerosos ponderos camino de Vielha, donde pernoctaríamos la primera noche dado que llegamos pasadas las 22 horas (es lo único malo que le encuentro a Arán, lo lejos que me queda...
). Para reponer fuerzas y planear la excursión del día siguiente nos reunimos en un lugar de paz y recogimiento...
A la mañana siguiente, madrugón de tres pares y de camino al puerto de Bonaigua. Así pintaba el Valle de Ruda a las 7 de la mañana.
Precioso amanecer
A preparar los bártulos
Durante la noche habíamos tramado un plan diabólico que consistía esencialmente en ahorrarnos el pateo desde donde se pudiera dejar tirado el coche (por culpa de los aludes) hasta donde hubiera nieve, que debían rondar unos 5km y alrededor de 250 metros de desnivel.
Así que optamos por subir a la Bonaigua, foquear hasta la Peúlla y después dejarnos caer por el otro lado hacia Ruda. La cosa salió bastante bien y fuimos a caer a unos 1.800 metros de altitud, directamente sobre lo blanco (afortunadamente).
Las vistas desde Peúlla son de dulce también
Mr. J. preparándose para gozarla
La primera parte de la bajada fenomenal, con rica nieve primavera, pero después a punto estuvimos de enriscarnos y tener que retroceder, por suerte uno de los sabuesos ponderos encontró una palita muy rica para poder bajar felices y contentos. Un par de fotillos del descenso.
Una maravilla de bajada, con unas vistas increíbles como podéis comprobar. La gozamos mucho.
Pequeña merendola y continuamos hasta el refu, podría poner mil fotos del lugar, una pasada, un regalo para la vista mirases donde mirases. Parece mentira que pueda existir un lugar así tan cerca de una zona tan turística como Baqueira.
Durante la subida restos de aludes que dificultaban el paso y que nos recordaban lo peligrosos que son los aludes de fusión en primavera.
Por fin alcanzamos el Refugio de Saboredo, después de unas 4 horas y pico (no recuerdo bien la verdad, no llevaba el reloj), alrededor de 800 metros de desnivel positivo y unos 500 de bajada. Por mi parte molido, pero éstos querían hacer una aproximación vespertina, aunque la meteo tenía otra idea en mente y si bien nos respetó en la subida, insistió en que durmiéramos una reparadora siestecilla pues se puso a llover, a ratos con ganas, y no dejó mucho margen.
El refugio de Saboredo es relativamente pequeño, está enclavado junto al circo y atesora un gran ambiente montañero. Se reformó hace poco para añadir una habitación para las literas que en mi opinión ha sido todo un acierto. Para mi resultó extremadamente cómodo para dormir (literas con edredón nórdico y almohada, bien aislado acústica y térmicamente, todo limpio y bien recogido), el aseo está limpio y tiene ducha... y la comida, que decir de la comida, riquísima es poco (no en vano uno de los guardas es chef y se alterna con el hotel que también gestionan). La cena del sábado de auténtico lujazo, merecía la pena el pateo solamente por catar esa cena.
Los dormitorios, el aseo y una vista "aérea" del refu desde la ladera de enfrente:
El domingo madrugamos con la idea de hacer el Coll de la Ratera y desde ahí bajar de regreso, sin embargo la meteo nos hizo cambiar de planes una vez más y nos tuvimos que conformar con una subida rápida justo en frente del refu, hasta unos 2.600m, merendola y p'abajo. Elegimos bien pues otros montañeros se la jugaron con el Ratera y se tuvieron que volver sin poder hacer cumbre.
Nuestro destino
La vuelta tuvo poca historia: descenso hasta unos 1700 y pico apurando a tope lo blanco y luego un pateo de pelotas hasta donde pudimos pedir un taxi que nos devolviera a Bonaigua a recoger el
En resumen, un finde memorable donde los haya y Saboredo un lugar al que volver siempre que se pueda. Y aunque aún queda mucha nieve en Pirineos para quien pueda disfrutarla, a nosotros nos toca empezar con las actividades propias de los meses de calor, con una gran cita en mente:
Por último os dejo este mini-montaje de vídeo con lo poco que pudimos grabar:
