Buenas noches desde Castro Urdiales, hoy domingo 27 de enero de 2013.
El pasado jueves comentamos que nos íbamos a Austria, la idea era muy sencilla: tal y como hicimos el año pasado la intención era esquiar desde las 11.00 h hasta las 16.30 h en el Ski Welt, que está a poco más de hora y media de Freising (justo al lado del aeropuerto de Munich). Pero un accidente de tráfico que hubo cerca de Cavalese nos hizo perder una hora de viaje, y el hecho de que al pasar el Brennerpas el tiempo cambió radicalmente, dejando un día espléndido en Italia y nevando en Austria, hizo que sobre la marcha cambiáramos de planes y optáramos por hacer turismo en Innsbruck.
Respecto a nuestra experiencia de este año en Val di Fassa, queremos trasladaros algunas impresiones; quizás quede algo “extenso” pero esperamos que puedan ser útiles.
Como es habitual nuestro aeropuerto de destino es Munich con Lufthansa desde Bilbao, y como siempre tanto el vuelo de ida como el de vuelta perfectos:
Puntualidad, servicio de prensa, de comida (aunque sea un bocadillo o un par de sándwiches) y de bebida (también vino o cerveza) incluido en el precio del billete.
Traslado gratuito de esquís, botas y casco.
Comodidad del aeropuerto de Munich, donde todos los trámites son muy ágiles de realizar.
El alquiler del coche lo realizamos con Sixt, porque nos ofrecen coches “nuevos” (este año el Peugeot 308 sw tenía 1900 Km., e incluso un año nos dieron un golf familiar con 9 Km.), precios competitivos en igualdad de condiciones con otras compañías (contratamos con seguro a todo riesgo para evitar sorpresas desagradables tipo pequeño arañazo), rapidez a la hora de recoger el coche (basta con comparar las colas que hay Europcar, Avis o Hertz), y porque hasta este año las ruedas de invierno eran de invierno y no 4 estaciones como este año; este detalle no nos parece serio (pensamos hacer la oportuna reclamación-queja), aunque por suerte no nos ha causado ningún problema.
El viaje hasta Val di Fassa es cómodo. En nuestro, caso autopista hasta Ora, después de Bolzano, y luego una más que interesante subida hasta Cavalese y cómoda hasta Campitello di Fassa, siempre por buena carretera. Los días de las nevadas las carreteras han estado bien para circular: las quitanieves hacen su trabajo, pero las carreteras están blancas; hay que recordar que en esta zona son obligatorias las cadenas o las ruedas de invierno. Además la velocidad está limitada a 70, 50 en las travesías de los pueblos, y son innumerables los rádares existentes.
Como dato importante: la gasolina o el diésel estaban a 1.90 euros/litro; nosotros llenamos el depósito en el Brennerpass, aprovechando que en Austria está casi 40 céntimos más barata y que son estaciones de servicio de montaña con carburante apto para las bajas temperaturas, y volvimos a llenar en Innsbruck a 1.47 euros el litro de súper.
A la hora de alojarse en Val di Fassa o en Val di Fiemme, desde Cavalese hasta Canazei hay varios pueblos para elegir, y todos ellos muy bonitos. Creemos que lo más acertado es dormir en Vigo, Poza, Pera, Campitello o Canazei; los flujos de tráfico son ascendentes por la mañana y descendentes por la tarde, por lo que si por ejemplo estás alojado en Moena y quieres esquiar en Val Gardena, Arabba, Carezza, Catenaccio o Buffaure-Ciampac puedes tener bastante tráfico, y en cambio si estás alojado en Campitello (como nosotros) los desplazamientos hacia Latemar, Alpe Cermis o Tre Valli se hacen sin apenas tráfico.
Campitello di Fassa es un pequeño pueblo, con bastantes hoteles, varios bares (llama la atención que con la bebida te ponen siempre una tapa), restaurantes, y sobre todo la comodidad de tener el teleférico del Col Rodella que ofrece un acceso cómodo y rápido al dominio típico dolomítico. Cuando volvamos, nos alojaremos nuevamente en Campitello.
Todos los aparcamientos que hemos utilizados son gratuitos. En el caso de Meida (acceso a la telecabina de Buffaure) puede haber problemas por falta de espacio pero se puede aparcar al lado de la pista que baja desde la telecabina, y en el caso del Passo San Pellegrino lo mejor es aparcar en la base del teleférico Col Margherita.
También destaca el servicio de ski bus, gratuito, que hay entre todos los pueblos y estaciones de Val di Fassa y Val di Fiemme; aunque no lo hemos utilizado, continuamente ves esquiadores esperando al bus, y buses transitando por todos los pueblos.
Respecto a las estaciones propias de estos dos valles, todas han destacado por la tranquilidad existente, con poca densidad de esquiadores (NUNCA hemos esquiado con tan poca gente en pistas, solos en muchísimas ocasiones); también destacan porque son más baratos los numerosos refugios (baitas) que hay en pistas, más baratos que en los otros dolomitas y por supuesto más baratos que por ejemplo en Baqueira (nunca entenderé como el caldo Aneto puede costar más de 3 euros, o porque la cerveza tiene que ser de lata y en vaso de plástico, cuando a más de 2000metros de altura me han servido una cerveza de barril en su correspondiente vaso de cristal)
Nos han sorprendido casi todas las estaciones de estos dos valles. La más floja es Carezza tanto por tener pocas pistas de nivel como por un parque de remontes que necesita modernizarse si quiere ser competitiva; y la más potente es Latemar, justo por todo lo contrario que Carezza, con muy buenos remontes y un buen número de pistas exigentes. Alpe Cermis es pequeña pero matona, para cansarse de esquiar en un subir y bajar constante.
Este ha sido nuestro cuarto viaje a Dolomitas, (nos quedan por conocer San Martino di Castrozza y Valle Isarco) y es complicado hacer balance. Por supuesto que hay que conocer todas y cada una de las estaciones, todas tienen su encanto, pero nuestra próxima visita será a esta zona.
Buenas noches, perdón por este “extenso” resumen, y hasta la próxima.
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