La segunda quincena del mes de enero de 2013 va a ser recordada por muchos como uno de los mejores episodios de nieve de los últimos años. Miles de esquiadores vivían pegados a sus ordenadores, tablets y móviles consultando cuando iba a dejar de nevar para poder catar toda esa nieve que no dejaban de ver en miles de fotos en Internet.
Y por fin llega el día. El 26 de enero de 2103 sale el sol y miles de esquiadores se lanzan como posesos hacia el primer remonte que tienen a mano. Las colas son históricas, los aparcamientos se llenan hasta la bandera, y miles de caras sonrientes cargan con esquís para catar toda esa nieve. ¿Todos los esquiadores hacen lo mismo? ¿Seguro?
Pues no. Aquí un menda con tres excelentes acompañantes se dejó liar por alguien que dijo que sería mejor idea irse a hacer raquetas. ¿Con la nieve que hay ahí fuera? Un compromiso es un compromiso, y dicho y hecho, hago mi mochila, y a las 06.45h de la mañana salgo de casa para hacer... raquetas!
A las 07.45h recojo a Nuria, y a las 08h nos encontramos con Cristina y Rosa. Hacia las 09.30h llegamos hasta lo que será nuestro 'Campo Base' del fin de semana, el Xalet-Refugi Pere Carné, todo un descubrimiento, al menos para mí. Está a apenas 5 minutos de las pistas de La Molina y sus propietarios son muy atentos. La decoración excelente y el trato al mismo nivel. Allí dormimos, desayunamos y cenamos por unos ridículos 39€/noche, todo un lujo si tenemos en cuenta además, de lo cerca que está de los remontes.
Comenzamos a subir por el lateral de la pista Isards, y vimos que no bajaba nadie. Nos extrañó, pero en cuanto hicimos unos cientos de metros empezamos a ver el vendaval que habia. La nieve se amontonaba sin rubor sobre la pista y la hacía impracticable.
Seguimos caminando y ya que no habían esquiadores decidimos subir por la pista de La Tossa. El telesquí estaba parado y hacía tal viento, que prácticamente subíamos solos. Al llegar a la cima el vendaval hacía casi imposible caminar. Granos de nieve nos golpeaban con dureza en la cara y la niebla nos hacía imposible ver nada. Por fortuna Cristina, la organizadora de este fin de semana, sabía hacia donde tirar. Hasta que de repente una racha de viento apartó por un momento la niebla, y nos dejó ver el Refugi del Niu de l'Àliga, no sin antes hacer volar literalmente a Cristina unos pocos metros. Por fortuna todo quedó en un susto.
El Refugi del Niu de l'Aliga es un lugar muy frecuentado los fines de semana en el que convergen esquiadores de montaña, de alpino, montañeros y raqueteros. Para llegar se ha de caminar unos metros desde el telesilla Jumbo Tosa de Masella, o con el telesquí Set Fonts de La Molina. Es amplio y cuenta con una chimenea que hace las delicias de los que llegamos. Puedes comer allí, o zamparte el bocata si al menos les pides una bebida.
Tras recuperarnos nos disponemos a bajar. Las rachas de viento seguían ahí y nos impedían caminar, pero el objetivo era poder bajar unos metros de la cima de La Tossa para quitarnos de encima el viento. Nuevamente cogemos la pista de la Tossa y al cabo de unos minutos podemos bajar con tranquilidad y sin viento. Todo un lujazo y un exotismo poder bajar por mitad de la pista con raquetas al estar cerrado el telesquí que da acceso a los esquiadores. Esta vez no queremos complicarnos mucho mas y al llegar abajo cogemos el lateral de la pista de Coma Oriola, y hasta el parquing.
Hay que aparcar al final del parquing Alp 2500, donde nadie deja el coche, y entrar en lo que en verano es el circuito de mountain bike y 'raquetear' hacia el lago. Una vez allí ir por el lateral de la pista Volta Muntanya Sagrada y luego la Comabella. Unos 500 metros mas adelante se ven unos tubos que suben hacia arriba con mucho desnivel. Allí o te quitas las raquetas y 'escalas' o tomas un lateral clavando bien las raquetas para no caer. Decidimos ir por esa ladera. El camino es fácil de seguir. Es todo una especia de amplio tubo, pero con una gran subida constante. El paisaje es maravilloso y el día esta vez acompaña.
Al cabo de una hora aproximadamente se acaba el tubo y llega una zona muy ventada y pedregosa. Allí decidimos hacer un alto en el camino y comer algo ligero. Y rápidamente, vuelta hacia arriba. El Puigllançada se ve fácilmente, además de que es muy visitado por esquiadores de montaña y gente haciendo raquetas. Una vez arriba tienes vistas del Pedraforca, y en días claros como el nuestro, el Tibidabo y el mar. La vuelta no tiene mucha complicación mas que seguir el camino subido.
Hay que decir que esta segunda subida es fuerte y nos volvimos a casa con la sensación del trabajo bien hecho tras tres horas de subida con raquetas.
Se pueden alquilar en muchas tiendas. A nosotros en el Refugi-Xalet Pere Carne nos la dejaron por 9 euros/dia, pero si te alojas entre semana te las presta gratuitamente, bastones incluidos.
Antes de salir a hacer raquetas intenta informarte bien de la ruta y del estado de la nieve, y no trates de inventar nuevas rutas. Procura ir por donde va la gente, y no te llevarás ningún susto.
Para llevar raquetas necesitas calzado de montaña, si puede ser, muy recomendable que no deje pasar agua ya que caminas por nieve. La ropa, ligera a la subida. Sal directamente del aparcamiento con la menor posible, a no ser que haga un día de 'perros'. Pero ojo que el sudor refresca en las paradas, y mas en la alta montaña.
y lo que es más importante, este es un deporte para ir A Poc A Poc (despacito) incluso a la bajada, los fitipaldis no valen.