Partimos envueltos de ese abrigo durante meses tejido con ilusiones, forrados hasta los tuétanos con la chamarra de los blancos delirios, imaginando, kilómetro a milla, milla a pulgada, una estampa como ésta, babeantes de recuerdos blancos
Por los caminos de la Patria algunos desdichados de afortunadas islas de ultramar sintieron, por vez primera en sus pieles renegridas por los soles subtropicales, las caricias de copos de aguas anacaradas
Y vieron, por fin, tierras prometidas de colinas de plata, de solemne maná para el apetito de cualquier funambulista del deslizamiento
Se atrevieron sin temores, los unos más que los otros, a elevar sus plegarias al altar de los remontes y colgaron sus zapatos por vivir nuevos andares
Se plantaron en las lomas y dijeron con holgura “que no tengo más destino que caminar sobre los aguas, que no tengo más capricho que volar bajo los cielos”
Y miraron con descaro, con sonrisas verdaderas hartas de satisfacción, a los pobres desdichados que, ahogados en sus penas y tostados por sus flexos, sólo podían apagar sus ansias leyendo los inmisericordes relatos de los dichosos viajeros
A la sétima hora descansaron, como hacen los dioses satisfechos de haber creado con descarado talento mil estelas en los mantos de la nada
Desterraron de sus pieles armaduras de polares, de sus vientres, los ardores, de las mentes, sus temores, y del rostro prepotente …
… desterraron retraimientos
Despidieron a los canijos, a los débiles, jornaleros y juerguistas, a los ancianos y a los niños, y cuándo sólo quedó uno, proclamaron: “este mundo es mío”
En las viandas de esos valles descubrieron los placeres del yantar, ya si fuera por manjares primigenios, ya si fuese por los rancios caldos de rancias parra
Y trazaron, con esmero y frenética pasión, cotangentes de polvo por donde pasan las secantes de vórtices y catetos (y catetas)
Las bestias, fieles al hombre como el canto de un esquí a la pendiente traicionera, arrebataron a sus amos el poder locomotriz
Y el paso de la oca, de marcial prusiana estampa, lo tornaron aquellos soldados de los hispanos pirineos en la pose de los gansos
Cuándo el hombre se asoma al más impío abismo la íbera gallardía emana sin remilgos y desluce los paisajes en desigual comparación
No eran ángeles tocados con celestes estolas, sino miembros de otras etnias que hicieron de la nieve su nación, ...
... no dudando ni un segundo que aquel sol que los mimaba era el mismo que en su día arrulló sus cunas de agua salada
Coronando las cotas más excelsas descubrieron que allá en las cumbres no sólo de bueyes y cochinos vive el hombre
Y el vástago de Fiona destripó las más negras y angostas de sus angustias
Los cinceles cincelaron bajorelieves alocados en aquellos mármoles de Carrara
Los gansos hermanados por los fríos compusieron en comandita planes para nuevas migraciones
Eolo, de la envidia corroido, no dejó de soplar con mil bocas por robar a los presentes una porción del tesoro, mas no pudo, el muy beodo, hurtarles su disfrute
Parecía que flotaban, parecía que anduvieran levitando, más vencían a la tierra con un talento innato
¡Plata! ¿Que digo plata? Oro blanco, ¡platino!
Los vigías vigilaban desde atalayas de celo quasimaternalis
Las amistades eran el ungüento que sanaba cualquier dolor de los hachazos gravitatorios
La pureza del estilo
La pasión
La raza
Se quedaron las montañas en soledad silenciosa, se quedaron con regusto a horchata, a chotis, a mar salada ...
Y los gansos que migraban se dijeron al oído: Nosotros, que ya hemos estado en el cielo, ahora ¿a dónde volamos?
Posan en la foto de grupo, de izquierda a derecha, Juan (Ludus Magnum), Mercedes, Nacho, Pablo Rebate, Blanca, Jesús (Jrr), Andrés Carballo (Andrés Carballo), María Luisa (Quione), Oscar, la contraria de Oscar, el contrario de Fiona, Miguel (Miguel vlc), Janet (Fiona) y David.
Formigansos
Partimos envueltos de ese abrigo durante meses tejido con ilusiones, forrados hasta los tuétanos con la chamarra de los blancos delirios, imaginando, kilómetro a milla, milla a pulgada, una estampa como ésta, babeantes de recuerdos blancos