La previsión meteorológica no estaba muy clara, cambiando cada pocas horas aunque finalmente nos decidimos a intentarlo aunque al no tener cobertura en los móviles desde la salida sería imposible tener una última hora de la previsión. En cualquier caso teníamos claro que había que madrugar para atacar la cima y así evitar las tormentas vespertinas.
Salida desde Bujaruelo (1.300 m.) a media tarde:
Salto o cascada de Pich:
Hora punta en el GR-11:
Tras poco más de una hora de camino ya podemos divisar nuestro objetivo a la derecha de la imagen. Parece que está cargadito de nieve:
Las sospechas se confirman. A 1.700 metros aparece este bloque de nieve encima del río. Estamos a 2 de julio:
Por el camino pudimos ver muchas marmotas, pero esta concretamente posó para Nevasport:
Y después de 2 horas y media de camino con una mochila bastante cargada llegamos a la Cabaña de Cerbillonar, a 1.800 metros, donde la ruta al Vignemale se desvía del GR-11 para ascender por el barranco de Labaza:
Se pone de tormenta en cuando llegamos. Mal asunto porque pretendíamos hacer un vivac a 2.700 metros y con esta situación va a ser imposible. Cambio de planes: nos quedamos en la cabaña a dormir y mañana nos tocará desayunar una cuestecita muy maja.
Cae la tarde sobre el valle del Ara:
3 AM. Suena el despertador y parece que no llueve aunque está cubierto. Decidimos intentarlo a ver si tenemos suerte y aguanta. A las 3:45 estamos de camino...duro camino por cierto:
La subida de noche no es sencilla ya que no hay una senda y los pocos hitos que hay colocados son imposibles de encontrar sin luz. Progresamos con los frontales ganando altura rápidamente. Al cabo de unas horas empieza a clarear sobre el valle...
La cosa se pone fea. Comienza a llover débilmente y paramos a analizar la situación junto a un grupo de tres madrileños que habían pasado la noche en una tienda a 2.400 metros. Ellos parece que no se la quieren jugar y deciden bajar. Nosotros continuamos por si hubiera una ventana que nos permitiera atacar la cima, pero todavía queda mucha ascensión.
A partir de 2.500 metros nos calzamos los crampones y sacamos el piolet. La nieve está en muy malas condiciones por las altas temperaturas y las tormentas:
Llegada al circo de Labaza (2.650 m.). Chispea a ratos y la nube sigue enganchada a las paredes de la marmolera. Iniciamos aquí la ascensión por el Corredor de la Moskowa:
Ojo como está el circo a 3 de julio
Se pone chunga la cosa...
Y de repente...voilà! despejado!!
El circo de Labaza ya queda por debajo de nosotros, estamos a 3.000 metros:
¡Que ambientazo!
Comenzamos la trepada del corredor (II+). Caso prácticamente imprescindible, hay mucha piedra suelta y nos podemos abrir la cabeza los unos a los otros.
El Pico Central asoma entre las moles de roca que rodean la zona:
La salida del corredor es espectacular, con un patio de cientos de metros delante de nuestras narices. Esta es otra de las vías de ascensión que desemboca directamente en el pico Cerbillona:
Uy, con esto no contábamos...
Se cierra otra vez y viene un tanto negro por la Panticosa. El gabinete de crisis decide que hay que bajar. Una tormenta aquí arriba puede ser demasiado peligrosa con tanto cresterío, aparte de que no se ve nada
Nos damos la vuelta a 3.100 metros, cuando restaban apenas 20 minutos al Cerbillona.
Bajada rápida pero ojo con estas cosas:
Se vuelve a echar la nube encima de todo el circo. La foto bien podría ser del mes de abril.
Ahora toca poner las piernas a examen. 1000 metros de desnivel casi por completo sin nieve y por supuesto sin sendero hasta el río Ara, donde nos espera de nuevo la cabaña de Cerbillonar:
Al final conseguimos apurar la bajada por nieve (más cómoda) hasta los 2.400 metros. Pero más abajo todavía queda un poquito de nieve. La siguiente foto está hecha a 2.000 metros y un servidor mide 1,91...echad cuentas:
Vaya bloques que quedan en julio:
Y aquí el neverito visto desde más abajo:
Parece que no íbamos mal encaminados con la lluvia. Al final nos pilla un señor chaparrón durante la última media hora de camino...menos mal que no nos ha cogido arriba:
Llegamos a la cabaña después de 10 horas dando vueltas. Después de secarnos y descansar un rato parece que se va la tormenta y podemos seguir bajando hasta Bujaruelo:
Vaya día se ha quedado al final, pero bueno, volveremos en agosto a ver si llegamos arriba. En cualquier caso, unas horas más tarde volvieron a formarse tormentas, con mucho aparato eléctrico además. No hay que fiarse de los cielos despejados en la montaña.
Hasta la próxima.