Como les comentaba en el capítulo anterior, me inicié en este apasionante deporte en el Invierno del ´92. Entiéndase por temporada de invierno en Sudamérica, los meses de Julio hasta la primera quincena de Octubre (si la nieve perdura), y, donde el mejor “powder” es de Agosto.
Mis primeros pasos los realicé en el centro/estación Antuco, en el sector cordillerano de laguna El Laja, ubicado en la VIII región de nuestro país, Chile, a unos 600 km. aproximadamente de la ciudad de Santiago.
Volcán Antuco – invierno de 1994. El que saluda a la cámara, adivinen quien es?
Ahí conocí a mi primer maestro, Lucho (Luís) Tamín, mejor dicho el “Tío Lucho”, un amigo de mi padre que es un esquiador de “años de circo”, inclusive en sus tiempos de juventud, cuando estudiaba en Santiago, fue uno de los precursores de la rama de ski de la Universidad de Chile.
Más que técnica, me enseño a leer la montaña, lo que para mi es mucho más valioso, que ser un “pro”. Pero ¿que quiere decir esto se preguntaran ustedes?, bueno con el paso de las temporadas uno va aprendiendo, y leer la montaña quiere decir, la capacidad de percepción del entorno, tomar las decisiones de por donde se va esquiar, o dadas las condiciones de la nieve, como debe variar la técnica. No es lo mismo cuando la nieve esta dura o primavera, por lo tanto, el descenso es distinto. Las condiciones varían, una pista no va ser la misma que ayer, o mejor dicho, la nieve puede que no sea la misma del día anterior. Por lo tanto, me enseñó a no andar como loco y “arrojarse” en cualquier parte, cuando uno empieza, necesita estos “tips”, de manera de tener jornadas de ski sin sobresaltos y disfrutar de la montaña.
Corralco – invierno 2002. “Tío Lucho”
Ya, en Santiago, y con esquís nuevos, y unas ganas enormes de progresar junto con mi hermano, nos hicimos fanáticos. En ese entonces, la Internet no se masificaba, y solamente el acceso a información se tenía a través de revistas, las que por lo genera eran “gringas”. Hasta que por casualidad, y buscando, llego a mis manos la revista “SoloNieve”, la cual la devoraba cada vez que podía obtener un número, y lo mejor de todo en español ¡Yeahh!
Después de la “inauguración” de los esquíes nuevos, conocí el centro/estación de ski Valle Nevado (www.vallenevado.cl). Para mi gusto es el MEJOR de la zona central, donde se podría decir que soy un “local”. Aquí me quiero detener, y les quiero mostrar una imagen.
Este mapa de pista, el cual a simple vista parece haber sido hecho a lápiz, es el que presentaba “Valle” cuando lo conocí. Donde no existía el motón de pistas que hoy en día hay, o tampoco los “chiches” del centro, como su telesilla cuádruple “desembragable” de alta velocidad, ANDES EXPRESS, única en Chile, o su “halfpipe” (media tubería) y snowpark. Por lo tanto, me siento con todo el derecho, de autoproclamarme un “local del Valle”, ya que uno ha crecido como esquiador junto con el centro.
Bueno, retomemos, – “No se si fue el nivel que iba mejorando, pero la primera vez que “subimos” a Valle Nevado, me salio todo” - , Hay que tener en cuenta, que, en ese entonces, el nivel y técnica que se poseía, un “semi – paralelo”, la cuña, nunca fue una técnica que me acomodara, solamente la ocupaba para girar, y rápidamente ponía los esquís en forma paralela. Así me permitía tener un descenso más seguro y controlado, perfilar mejor el cuerpo frente a la pendiente y no atacarla de lado.
Cabe señalar, que aquí en Santiago el termino “subir”, quiere decir ir a esquiar. Una definición exacta del término no sabría decirles, simplemente si uno utiliza la lógica, es por el hecho de que uno debe “subir” la montaña. Además Santiago de Chile, presenta la característica de ser la Ciudad Capital del país, donde uno esta en 45 minutos en la montaña, o a 1 hora y 30 minutos de la costa, IV Región – Viña del Mar - .
Practicando, practicando, las pistas azules ya no presentaban dificultad, donde los giros se acortaban, y se comenzaba a tener más sensación de velocidad, las caídas eran mínimas y se dominaba las entradas y salidas para tomar los andariveles, tanto de silla como arrastre. Cada vez se terminaba menos adolorido, solamente un resentimiento muscular, por el hecho de haber practicado una actividad física. Para lo que estamos en “esto” me entenderán, es decir, uno pasa a la etapa donde lo empieza a pasar BIEN!
El siguiente paso, Pistas Rojas, ahí, con toda autoridad, podía decir que esquiaba. El cambio de pista implicó ser más responsable y controlar mejor la técnica, ya que, con el mayor grado de inclinación y condiciones que presenta el terreno, había que ser mucho más cauteloso, y sobre todo, el nivel del esquiador de estas pistas, implica que uno debe dominar la técnica, para no hacer el “Loco”, o como dicen ustedes un “jilipollas”, je, je, je. Además el conocimiento de marcas y del deporte crecía. Aunque ustedes no lo crean hasta uno estudiaba de libro, je, je.
Es así como también se conocieron otras estaciones, a pesar que “Valle” llevaba la delantera. La siguiente fue “Lagunillas”, estación ubicada en el sector cordillerano del Cajón del Maipo, ubicado a escasos 67 Kilómetros de la ciudad de Santiago y a 2.200 metros de altitud.
Esta estación presenta una particularidad, es el único centro de ski no comercial de Chile, él cual fue creado, por el Club Andino de Chile en 1933, posee 13 pistas cuyos grados de dificultad varían entre fácil (verde), mediana (azul), difícil (rojas) y sólo para expertos (negras). Las pistas más populares son Novicios, Pancho y La Lola de 350 y 1.100 m de longitud.
Unas fotillos para que lo conozcan.
Esa jornada de ski fue memorable, con mi hermano la pasamos genial, las caídas fueron mínimas y unas “bajaditas” de nivel. Debemos haber esquiado hasta que cerraran los andariveles (17:00 hrs.), inclusive con “pilas” para una más.
A pesar que la estación es pequeña, por la cantidad de pistas e instalaciones, la recomiendo, dado el ambiente familiar que presenta. No existe un ambiente “frívolo”, que ropa usas, los esquíes ultimo modelo, el nivel, nada, solamente pasarlo bien y disfrutar del esquí y la naturaleza. Es tan relajado, que permiten el uso de trineos, y los más humildes sus bolsas o cámaras de neumáticos, sirven igual para deslizarse pendiente a bajo. Y lo mejor, uno saca sus sillas, mesas, y prender fuego que la parrilla no espera para hacer su “asadito”, todo al lado de la pista. Que buenos momentos se vivieron.
Como ven, con el paso de las temporadas me llenaba de vivencias y experiencias en el ski. Y como les mencione en el primer capítulo, nuevamente el destino estaba de mi parte.
Salí del colegio, y se viene la Universidad (1995). Tomo la decisión de irme de casa, y me voy a estudiar a Concepción, sur de Chile. Y lo importante, je, je, je, a 2 hrs. del centro de Ski & Spa Termas de Chillan (www.skichillan.cl).
Pero bueno, las historias y anécdotas que se vienen, las dejamos para el tercer capitulo…
Saludos, Amigos de Nevasport.com
Enrique (Jaruka)
Santiago - Chile