El Chacaltaya es un pico que se emplea para aclimatar. No tiene ninguna dificultad y la aproximación es muy cómoda.
En cuanto sales de La paz, las "carreteras" se ponen así:
La gente andaba revuelta, así que tuvimos algunos "bloqueos" de campesinos, que no dejaban pasar a nadie. Después de algunas negociaciones, pudimos seguir.
Aquí, la zona desde la que se empieza a subir:
Más arriba pisamos la nieve (por encima de 5.000 metros)
Aquí Jorge (el médico) sube su primer cinco mil, detrás de Gonzalito, que le va marcando el ritmo.
Una vez en la cumbre, la foto de rigor, con el Huayna al fondo, y el "avituallamiento" en la mano.
Cuando vamos bajando, una foto de La Paz. Lo que se ve es la zona de El Alto, el barrio más deprimido de la ciudad. Se puede apreciar el aeropuerto, a 4.100 metros de altitud; el porrazo que da en la cabeza el primer dia, nada más aterrizar, es considerable.
Nos dirigimos hacia el refugio del Huayna Potosí, y, de camino, nos vamos animando
La primera vista de nuestro objetivo:
Este es el refugio del Huayna, a 4.700 metros de altitud
Por la tarde, un paseito para relajarse y conocer el entorno
y ver atardecer por detrás del Huayna
A la mañana siguiente, seguimos con la aclimatación. Partimos el grupo, y Gonzalo y yo nos decidimos por ir al Khala Cruz, un 5.400 con partes rocosas, muy cerca del refugio. Vamos, que ese dia no nos apetecía pisar nieve.
El pico, muy "entretenido" y las vistas, espectaculares
Ahora es Gonzalo el que sube. Se lo mira
Se coloca
Y foto
Y despues hay que bajar
Las vistas desde este pico hacia el Huayna son impresionantes. Se puede apreciar casi toda la subida
Y los dos artistas posando (en la cumbre no cabiamos los dos juntos)
A partir de ahí, bajada al refugio, buena "hidratación" y a preparar la subida al Huayna... Preparativos en el refugio del Huayna
La primera parte de la subida al Campo I discurre por un camino bien marcado, que sigue una tubería
A medida que vamos ganando altura, va apareciendo la nieve
y cada vez queda más lejos el refugio y la presa.
Al fondo empezamos a ver el colladin por el que accederemos al plateau, en el que montaremos el campamento:
y una miradita para abajo, que siempre reconforta ver que a otros les queda más que a ti
Esta es la vista al llegar al plateau
Despues de montar las tiendas, llega el momento de dar un paseito por los alrededores:
y, por supuesto, ver anochecer
De madrugada, con un frio de mil pares de ..... nos ponemos en marcha
Esperando que poco a poco vaya amaneciendo. Entre el frio y el susto, al pobre Jorge se le quedó esta cara:
Una mirada hacia unos franceses que van delante:
y otra para nosotros
y otra para mi, que nunca salgo
en los descansos podemos deleitarnos con las vistas que se nos ofrecen
pero bueno, nosotros al tajo, que se nos escapan los franceses
Muy cerca de la arista, la cosa se pone más "interesante"
Muy cerca de la cumbre podemos ver a las cordadas que suben por la pala directa a la cumbre (nosotros bajaremos por ahí)
y por fin en la cumbre. Primero con Gonzalo
y despues con todo el grupo
La bajada por la pala tampoco la regalan. Unos bajan rapelando y otros destrepando. De cualquier manera, no te puedes descuidar un momento
Una vez en la normal, lo de siempre, a bajar disfrutando del paisaje que no hemos visto en la subida
Desde aquí se ve toda la bajada, hasta el refugio
En lo alto de la rimaya
y vista de la rimaya desde abajo (aquí no se aprecia el grieton que había en medio)
y a partir de ahí, llegada al campamento, reorganizar las cordadas, recoger el equipo y al refugio.
Como resumen, aunque yo personalmente guardo un recuerdo bastante agridulce de esta salida, una montaña preciosa, con una pista hasta el refugio, posibilidades de aclimatar en la zona y una subida cómoda, con su poquillo de emoción.
Absolutamente recomendable.