El articulillo apunta a varias cosas muy interesantes.
No sólo es interesante por lo sencillo del ejercicio de visualizarse a uno mismo ejecutando la tarea. Algo la mar de funcional.
También habla de algo que Carolo ha escrito en no pocos de sus
recientes artículos.
Y de paso, algo de lo que yo, con mi menor conocimiento (comparado a los dos) he mencionado alguna vez.
Y es el lenguaje interior que uno tiene consigo mismo.
Algo que me vino de perlas
leyendo a Carolo. ¿Le habré dado las gracias suficientes veces?
No le puedo dar las gracias, al Dr Seligman, especialista en Psicología.
Autor que también trata de estos temas de una forma brillante y entendible para el neófito en sus libros.
La materia chunga la dejo para Miguel, que seguro que algo ha leído sobre el tema.
Aparte de todo esto, creo interesante las técnicas de concentración.
Y por favor, que no sean de respiración.
Que sí, que son efectivas y tal y cual. ¿Pero sólo existen esas o qué?
Anécdota de bar.
(Os la podéis saltar)
Sábado tarde, cervezas y dardos.
No sé jugar a los dardos pero puedo concentrarme y hacer jugadas magistrales.
Y también sé despistarme y cagarla.
En momentos de máxima tensión, jugándome algo, he llegado a ganar con jugadas buenísimas.
Repito. No soy jugador de dardos.
Y sé que es mi cabeza la que me hace jugar bien o mal.
Es un estado mental que no sé controlar y me cabrea (un poco, sólo un poco eh!
) no poder hacerlo.
Más que cabrear, es molesto. Ya que en otras tareas puede ayudar mucho.
Esquiando me ha ayudado muchas veces. Pero no tengo control sobre ese estado.
Me cuesta identificar cuándo estoy en él y cuando no.
¿Algún truco doctor?
Neu pols, tot obert.