Buenas a todos.
Mucho tiempo sin postear por aquí, pero es que desde el Pumori han sido muchos meses de completa inactividad (montañera...
)
El caso es que ya me tocaba desempolvar los cacharros y aprovechando que pasaba por Graná a despedirme de colegas, con muy poquitas horas de sueño y sin un plan concreto me subí el sábado para arriba. La idea era encontrarme con Pepe Saldaña en algún punto, pues él iba con compañeros a la arista del Cartujo. Yo, que no quería morir en el intento y tras trasnochar un pelín por esos bares de Graná, me levanté a mi hora y a eso de las diez de la mañana estaba de pateo. Horario andalú, como tiene que ser
Me dirijo rápido hacia los Tajos, que no quiero que dé mucho el sol por la zona antes de meterme en faena, para encontrarme al otro grupo de vuelta de su actividad, y cuando estoy por allí diviso un sector de corredores que ascienden hacia el fraile de Capileira (debería llamarse el Moái de Capileira...).
Nota: perdonad la calidad de las fotos, pero no llevaba la cámara y para los que me conocéis, sabéis que sigo con el mismo móvil Nokia de hace 15 años
Rápidamente elijo una línea encajonada que seguro que tiene algún resalte de hielo, que quiero aprovechar esta última oportunidad de mi temporada...
Tó contento y tó, me salgo de la huella que se dirige a Elorrieta y pongo rumbo hacia los corredores, atravesando una zona de avalanchas y caída de hielo con una nieve horrible
Ya en el corredor, la nieve es muy profunda y poco consistente, y en el encajonamiento sientes los crampones rascar contra la roca en una zona bastante empinada. ¡Todo un lujo!
Salgo de esta primera parte a una arista perfecta, que me conduce a un encajonamiento donde no da el sol. Y, voilá, allí aparece el hielo. Hay un escape por la derecha en nieve, pero me acerco a ver qué tal están las condiciones.
El hielo está cubierto de una primera capa que estalla mucho, pero debajo hay grosor suficiente para sentir ese "clank" al meter el piolo a cañón. Todo en orden, pues. Supero el primer resalte y me dirijo al segundo, un poco incómodo al estar escorado, pero que no pasa de un metro de altura. Caca.
Clavo el piolo derecho por encima del resalte, lanzo el otro que me servirá como pasamanos, y metiendo las puntas de los crampones en una fisura en la roca, me elevo antes de clavar la otra bota en la cascada. Entran bien los crampones, saco un piolo, lo clavo con fuerza escuchando otro "clanck" y supero con pasos cortos pero seguros la parte de hielo vertical.
Fuera del resalte, la pendiente sigue siendo fuerte antes de comenzar a tumbarse cerca de la arista, pero el terreno es nieve dura para disfrutar camino del fraile.
Desde allí, me dispongo a crestear por los Tajos camino de Elorrieta. La nieve no está en sus mejores condiciones en la cara sur, pero con algún que otro paso apretao, recorro este tramo final y salgo a la cabecera del valle de Lanjarón.
Pepe aún no viene con su grupo, así que me encamino hacia el Cartujo donde finalmente me reúno con todos. De vuelta, nos despedimos que llevo un poco de prisa y no me caben todos los planes que quiero hacer en la agenda... Desde aquí, desearles toda la suerte del mundo tanto a él como a Fernando, quienes en breve marchan al Nanga Parbat. Qué envidia, compañeros, y qué rabia no haberme podido unir esta vez a vosotros... Fue nuestro sueño después del GII... Os esperamos por aquí con la cumbre en la mochila
Y respecto a mí, finalmente me dieron nuevo destino, y en breve marcho a Etiopía. Una nueva etapa comienza... A ver qué tal va. Como siempre, cuando pase por casa me daré una vuelta por Graná y su sierra, y nos veremos de tarde en tarde, seguro.
Un abrazo a todos,