En circunstancias en las cuales la montaña te deja el tiempo justo, y no puedes estar en la estación para coger un expreso de media mañana, hay que subirse al “expreso de media noche”. La montaña no viene a ti, tienes que ir a la montaña y mientras el día tenga noche y no midamos el tiempo con el reloj mecánico, hay horas suficientes para subir algunas montañas.
El miércoles hay una ventana de buen tiempo y hay que aprovechar las circunstancias.
Así que a las tres de la madrugada el “expreso de media noche” me lleva desde Alicante a Sierra Nevada. Tiempo suficiente en la noche para poner pensamientos en orden y planificar e intentar una ascensión de esas que te dejen buen sabor de boca, y que la carga de la mochila de los años, no sea impedimento para encaramarse a lo técnicamente posible, aún.
Los retos cada vez cuestan más, pero a veces cae en tus manos algún artículo de los grandes de este mundillo, y te hacen ver que aún queda campo de juego y que los años son meramente circunstancias de haber nacido antes. Leía el martes por la noche un artículo de Carlos Soria y me di cuenta que aún se puede; coger el expreso de media noche y lanzarte en busca de las cimas. Dolor de rodillas, operaciones, dolores de espaldas, en fin que los achaques no te dejen en casa.
Y el amanecer me abre las puertas en Granada y la Sierra se perfila con sus contornos que tanto seducen.
Una vez que me quito el pijama me embuto en las calidas ropas que hacen te sientas mejor para afrontar la alta montaña.
Y ya me voy hacia arriba, de momento a las posiciones del Veleta.
Voy a comenzar la temporada invernal como acabé la anterior, subir a los Machos.
Esperaba llegar hasta aquí y tomar una decisión, ¿hacia donde me dirijo?, lo tengo claro, primero intentar subir el querido espolón N.E. de los machos y después arriba ya veremos. Ahora me dirijo hacia el mismo. Y solo enmarcar las fotos con alguna comida de coco
Alcanzo la frontera y solo mis decisiones imponen su ley.
Por encima solo las leyes de la naturaleza que ahora son mi juez y verdugo.
Tengo libre albedrío y libertad ilimitada hasta donde quiera llegar.
Soy mi propio guía y mi destino.
Nadie es superior en la montaña. Cada uno impone su criterio y los errores y aciertos son propiedad de nuestras decisiones.
La soledad solo es una espectadora que observa mis movimientos.
Ante tanta grandeza me siento una mota de polvo a merced del universo.
Vago por el bosque milenario de rocas y caminos a la busca de lo ya conquistado.
El aliento ancestral me da el soplo de vida y latidos al unísono forman el equilibrio perfecto.
Me fundo con el entorno y me siento formar parte de las milenarias rocas.
La vida existe hasta en lo aparentemente yermo. Todo está en movimiento aunque mis ojos no detecten lo invisible, si mis sentidos.
La montaña me atrapa y seduce con el susurro que emana del silencio.
Las mil formas y las mil caras que me miran.
Colores que conforman el entorno centellean en mi mente.
Atrapado y aliado de este mundo sobre el mundo.
Los senderos los forjo en mi mente. Mi guía me guía y elige momentos sin incertidumbre. Asegura mis movimientos.
Mi mente se eleva antes que mi cuerpo y esto me lleva a una perfecta conjunción con el medio.
El error lleva consigo a la derrota, puede que al aniquilamiento, es una ley primaria.
Diedros aparentemente yelmos pero con aliento y al viento.
Heridas del rayo marcan un rostro penetrante, pero con mirada paternal.
Rocas en desbandada se precipitan por los angostos corredores, y un sudor frío y latente se apodera de uno.
El escenario está silencioso.
Y ahora la sierra parece que duerme, solo parece, porque vigila.
Desde lejos desafio de miradas allí estaré.
La norte sube desde el Guarnón y sacude con su frío acero.
La cima está cerca, subir para bajar, eterna dualidad.
Al fondo ese mediterraneo que se pavonea con su diadema blanca
Afiladas espadas en desbandada, esquivamos su cortante acero.
El señor de Andalucía
Elegante, desafiante.
Ahora bajamos para que la dualidad no se trunque, si nos quedamos será que la montaña nos ha atrapado.
PD: Se me cayó de la mochila un bastón marca Komperdell, modelo edelweis, granate. Quedó al principio de la arista oteando el valdeinfierno. ¿Un tributo? pues buen tributo
Es mío ehhh. No pude descender para recuperarlo ya que la arista no estaba para bromas.
Nos vemos por las montañas
Nunca desistas de tus sueños. Sigue las señales.
Editado 1 vez/veces. Última edición el 17/11/2011 17:37 por Angel HM.
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