Juan Ramón, qué sorpresa. Me avisó ayer
Joseíllo de lo tuyo y hasta ahora no he podido leer tu relato. Vaya susto, yo pensé que si alguien no se iba a caer ese eras tú pues cuando hablábamos del tema aseverabas y afirmabas con tanta vehemencia que al final estaba convencido de tu superhombría. Y si no hubiese sido por el viento no te hubieses caído, y si pesases los quintales que yo peso tampoco, seguro
Pero de todas las formas veo motivos de regocijo y no de duda y miedo. Primero porque sin saber has aprendido la autodetención y jura por Dios que lo aprendido de esta forma no lo olvidas jamás, ya lo has automatizado en tu instinto de supervivencia y te saldrá como un reflejo la próxima (lo que dice
Joseíllo)
Y segundo porque lo puedes contar y porque lo has contado, y tras la caída te has reído y has comido y has bebido. Qué mas quieres, tío, has salido vivo del tema y con una carga de sabiduría añadida que no tiene precio. Ya no te hace falta prácticas de autodetención (te acuerdas cuando decíamos de engañar al
Chamado para que nos llevase a las palas del Río Seco?)
Yo soy de la opinión de
Delapresa y de
Manolo, no te lo pienses, al monte de nuevo, no lo racionalices demasiado, no le des vueltas al coco, no tardes en salir a la nieve. Tú eres una persona muy racional y te encanta meditar todo y te puede llevar a poner muchas barreras a tu afición. La vida tiene cosas que no tienen lógica. Para mí, el que te hayas caído tú, precisamente tú, es una de esas cosas y las cosas pasan y muchas veces no tienen espacio a la prevención. Prevenir caerse en el monte es quedarte en casa y no es bueno llegar a esa conclusión. La vida es riesgo, la misma existencia tiene el riesgo de la muerte pero, qué vas a hacer, quedarte en una urna de cristal?, y si se rompe la urna y te cortas?
Tírate al monte, vente el sábado a La Maroma. Te puede caer una rama de un árbol en Granada y desnucarte. Las cosas, si te han de pasar te pasan y punto. Lo importante es la lectura y experiencia que saques de lo que te pasa pero para que te ayuden a tirar hacia adelante.
Es cierto lo que dice
Delapresa, que tienes niños y familia y responsabilidades y eso te hace más cabal y haces las cosas meditando más cada paso que das pero lo que te ha ocurrido no ha sido en un sitio peleón o en un corredor de un par de cojones, te ha ocurrido en una ladera, ha sido una eventualidad que no ha dependido de ti, sino del viento, pues bien, no salgas cuando hace ventorro, pero no dejes de salir y a las laderas nevadas, qué rayos
Trevenque, un fuerte abrazo y me encantaría verte, pronto no, si no ¡ya! en el monte, a ser posible el sábado.
Y por cierto, para mí sigues siendo
superTrevenque
HAY MONTAÑEROS OSADOS Y MONTAÑEROS VIEJOS PERO NO EXISTEN LOS MONTAÑEROS VIEJOS OSADOS