¿Qué balance hace de la campaña?
Ha sido un año bueno de nieve, con buenas condiciones. Esto ayuda a que los esquiadores tengan un recuerdo positivo. A nivel de afluencia, estamos en cifras similares a las del año pasado y creo que acabaremos un poco por encima. La parte no tan positiva es que, al hacer venta para fidelizar cliente, se ha reducido el precio, lo que provocará que no alcanzamos los ingresos previstos.
¿Se pueden repetir las pérdidas del ejercicio anterior?El resultado será mejor que el año pasado. Ha habido una importante contención del gasto, aunque no llegaremos a los ingresos previstos. Tendremos un 25% de beneficio de negocio por encima de la pasada temporada. Después, tendremos que ver qué efecto tienen las amortizaciones y los cánones sobre la cifra final. Y a presupuestar unas pérdidas de 1,4 millones. Se ha seguido el plan de inversiones previsto, ha hecho un esfuerzo necesario para estar en primera división de los Pirineos. La crisis nos ha tocado, pero somos optimistas de cara al futuro. La sociedad ha terminado el plan de viabilidad y un plan estratégico para definir el futuro que se está poniendo en marcha.
¿Cómo han funcionado los distintos mercados?El español, una vez más, es el que ha tenido mejor respuesta. Es fundamental para nosotros. También ha habido una pequeña mejora del francés gracias a que la situación económica allí ha mostrado ya síntomas de recuperación. Con el mercado británico, los esfuerzos hechos con Andorra Turismo y Ski Andorra han permitido mantenerlo, cuando no era tan evidente que se pudiera conseguir. Es un sector que, por sus características, es muy importante ya no sólo para las estaciones sino para todas las parroquias altas.
¿Y el ruso?Está en los últimos años al alza y en momentos de convulsión responde. Siempre están ahí. Es uno de los puntales de las últimas temporadas se ha convertido en una parte importante de nuestro queso. También se hacen esfuerzos en Polonia, en Israel o en Alemania, pero tienen una participación pequeña. Y nos ha quedado buen sabor de boca con el portugués, el comportamiento ha sido extraordinario las últimas semanas.
¿Se pueden encontrar nuevos mercados?El problema de los nuevos mercados es que normalmente vas cuando todo funciona bien. La inversión que tienes que dedicar debe ser siempre para conseguir notoriedad y superior al retorno que te da. Son inversiones a medio y largo plazo. En los últimos años hemos sido prudentes porque requieren un esfuerzo que, hoy por hoy, no es el mejor momento para hacer.
¿Cómo puede favorecer la apertura del aeropuerto de Alguaire?Es una nueva vía de acceso a los Pirineos y a nuestras estaciones. Y además, por el sur. Debemos recordar los problemas que hay para entrar por el Pas cuando hace mal tiempo. Abre todo el mercado del sur de la península y el de las islas Canarias y Baleares. Favorece también la zona de Oporto y Galicia, a muchos de los turistas de la que se quedaban en Aragón. Es un punto más. Si somos el país de los Pirineos, hemos de estar.
¿Hay que descartar la opción de la Seu d'Urgell?A mí no me gustaría. No servirá quizá para llevar charters pero sí para un cliente de calidad, con un gasto por encima de la media, al que el Principado puede ofrecer turismo de congresos o cultural, entre otros.
¿Queda mucho para alcanzar el acuerdo por el forfait único?El primer análisis es de 2002 y de allí salió la unión de Grandvalira y, después, la de Vallnord. Ahora hay dos sociedades que han de dar el paso. Dentro del sector, todo el mundo admite que sería positivo. Todo requiere su punto de madurez para sacar adelante. Continuamente estamos haciendo conversaciones y pasos importantes para sacar este proyecto adelante. Por ejemplo, ya hay acuerdo para la promoción conjunta entre todas las sociedades, y se está estudiando el sistema de control técnico en las pistas.
¿Cómo valora la creación de un ministerio centrado en turismo?Pienso que en un país eminentemente turístico, era un punto que, si bien no se reclamaba abiertamente, es muy positivo.
