Hace años cuando acababas de esquiar, ibas a cualquier bar cercano a la estación y podías tomar una cerveza rodeado de profesores o trabajadores de pistas. Muchos de ellos todavía con sus trajes donde se pueden leer bien grande el nombre del complejo invernal donde trabajan. Aquello hacía que la experiencia del viaje fuera más completa. Hoy la mayoría de veces no sabes si estás esquiando en el Pirineo o si estás en una gran ciudad.
Y es que los altos precios de los apartamentos en zonas turísticas está haciendo que estos trabajadores se tengan que buscar alojamiento cada vez más lejos. Y es allí, a varios kilómetros de pistas, donde por la tarde hacen su vida, lejos de los esquiadores a los que han dado clase o del cliente al que han saludado en el telesilla.
¿Hay que echar a culpa al propietario de apartamento? Que levante la mano el primero que renunciase a ganar 1.000 euros a a semana, por alquilar el piso a un temporero por 600€ al mes. Es por eso que muchas estaciones de esquí han empezado a moverse para buscar alojamiento a sus trabajadores, como parte de los beneficios para captarlos.
En Andorra, Saetde dispone de algunos apartamentos. Ensisa ha ido más allá y en 2020 se quedó con el antiguo Hotel Pellicer para alojar a sus trabajadores. Pero el volumen de personal es tan alto, que es complicado dar servicio a todos. El Diari d'Andorra explica hoy en su edición digital, que muchos de estos temporeros que venían otros años, están buscando otros destinos en España. El rotativo afirma que en nuestro país encuentran mejores condiciones, especialmente a la hora de encontrar alojamiento, lo que hace que realmente puedan ahorrar para llevarse algo a su país.
La mayoría de estos empleados de temporada son argentinos. Por eso el idioma del puesto de trabajo es importante para la mayoría de ellos.
Andorra o España es por tanto sus países preferidos. Pero dado el coste de la vida del primero de ellos, se quejan de que los salarios son muy bajos. En cambio quedándose en nuestras estaciones de esquí, aunque el salario pueda ser similar, pueden ahorrar más gracias al mejor coste de la vida en el Pirineo catalán o aragonés.
Por eso, cada vez más están optando por quedarse en Baqueira Beret o estaciones de esquí de Aramon como Formigal o Cerler .
La vacuna también está siendo un handicap. Andorra anunció hace unas semanas que solo aceptará trabajadores con doble pauta anti-COVID. En Argentina la mayoría de personas se han vacunado con la Sputnik rusa, que en Europa no está aceptada. La mayoría de estos temporeros solo tienen una dosis, así que buscan ponerse una segunda para poder trabajar en Andorra. Este requisito no se pide en España, por lo que muchos optan por quedarse en nuestro país, y vacunarse aquí con marcas aprobadas por la UE.
Según recuerda el Diari d'Andorra, actualmente, las personas que quieran trabajar en Andorra y aterricen en un aeropuerto europeo (la mayoría entra por el de Barcelona), entran en el espacio Schengen, y debido a la pandemia, deben acreditar que están vacunados con la pauta completa con una vacuna reconocida por la Agencia Europea del Medicamento o la OMS, viajar por motivos esenciales y proceder de países para los que la UE haya retirado las restricciones de viaje.