“Es lo que podemos hacer los artistas durante el coronavirus, dar un mensaje”.
Ha sido el primer funambulista en caminar cuesta arriba por un cable de teleférico con un desnivel de 40 grados y la cara tapada. Superada la primera prueba se ha subido a una bicicleta y ha recorrido 367 metros sobre el mismo cable, y para completar el trío de acrobacias inéditas ha recorrido una distancia de 151 metros, ya en línea recta, pero con los ojos vendados. En ninguna de sus tres actuaciones llevaba lo que se denomina como 'linea de vida', una cuerda que estos artistas atan a su cintura por un extremo, y por el otro a algún punto para que en caso de caída pudiera quedar suspendido en el aire. Un error en el teleférico suizo le habría costado la vida.
Otros compañeros de profesión se han unido al desafío para realizar sus acrobacias sobre diferentes puntos del Glacier 3.000 como el puente colgante, donde una bailarina ha realizado un baile sobre un poste, o en la terraza del restaurante, donde otro artista ha realizado acrobacias sobre la denominada "rueda de la muerte". Un trapecista se ha colgado del teleférico, y finalmente un tercer compañero ha hecho disfrutar a los asistentes sobre una farola pendulante, dejando tras de sí todo ellos una serie de icónicas imágenes que se pueden disfrutar en el vídeo que acompaña a este texto.
El acróbata suizo ha dedicado su proeza y la de sus compañeros, a todos los profesionales que luchan contra la epidemia de coronavirus.