Cuando en 1934, el entonces Jefe de Gobierno de Salzburgo junto al ingeniero civil responsable de la construcción Framz Wallack hicieron un primera recorrido por la carretera conduciendo un Steyr 100, un automóvil de fabricación 100% nacional, no eran conscientes del monstruo turístico que habían creado. Esperaban 120.000 turistas anuales, pero 4 años después ya eran 3750.000 personas los que circulaban en 98.000 coches cada verano por la Grossglockner. una cifra que hoy queda pulverizada con más de 1 millón de visitantes y casi 500.000 vehículos, que paga cada uno su correspondiente peaje (36,50€ coches y 26,50€ las motos).
La Grossglockner High Alpine Road es el puerto de montaña más alto de Austria, alcanzando su punto máximo en los 2.504 metros de altura. Toma el nombre de la montaña más alta del país y es una atracción turística que genera millones de euros en ingresos cada año.
Se abre solamente en verano dada la enorme cantidad de nieve que se acumula en la carretera durante el invierno. Tanto es así, que el el mismo ingeniero civil encargado de la construcción de la Grossglockner High, inventó la Wallack-Rotations-Schneefräsen, una máquina que tritura la nieve y la retira rápidamente. Se construyeron 10 unidades, y hoy, 66 años después, tres de aquellas máquinas (algunas fuentes dicen que cinco) todavía siguen haciendo el mismo trabajo. Otras tres algo más nuevas ayudan en las tareas de limpieza aunque no son tan efectivas como las veteranas Wallack tal como se pudo comprobar en 2011. Antes de eso, unos 350 hombres despejaban a pico y pala más de 250.000 m3 de nieve en varias semanas.
Hoy gracias a la maquinaria, una docena de trabajadores es suficiente no solo para limpiar la carretera, sino para hacerlo más rápido y mucha más cantidad de nieve, hasta 1 millón de m3! Si en los '60 la Grossglockner High estaba operativa durante 132 días, ahora gracias a esa rapidez se ha podido ampliar a 276 jornadas.
Desde 1934 la Grossglockner High Road no ha fallado nunca a su cita. Pero 86 años después por primera vez llega el mes de abril con las máquinas paradas en ambos lados, y sin intención de ponerlas en marcha para comenzar a limpiar la carretera. La emergencia sanitaria por el Coronavirus ha confinado a los austriacos en sus casas y los maquinistas no pueden ir a trabajar.
Además la Großglockner Hochalpenstraße AG (GROHAG), empresa pública que gestiona las instalaciones y los ingresos de la carretera turística, cree que este verano no llegarán muchos turistas, así que prefieren destinar el dinero que cuesta la limpieza de esta vía para tratar de equilibrar las cuentas de este ejercicio.
No obstante, pese a que aquí los operarios pueden llegar a enfrentarse a paredes de más de 12 metros de nieve cuando empiezan a trabajar en primavera, este año los espesores son algo más de la mitad, así que esperan que el sol y la paulatina subida de las temperaturas hagan el trabajo de limpieza y que en el mes de junio se pueda transitar. Para esa fecha se espera que el pais haya entrado en cierta normalidad. De hecho hoy mismo el jovencísimo canciller de Austria, Sebastian Kurz (33 años) ha anunciado que para el día 14 de abril comenzara a abrir el país en varias fases.Primero pequeños comercios, para el 1 de mayo otros más grandes, y los restaurantes y hoteles para mediados de ese mes bajo normas especiales de seguridad (y ya veremos...).
El 79% de las acciones de GROHAG están en manos de La República de Austria. Los estados federales de Salzburgo y Carintia completan el accionariado con un 10,5% de títulos cada uno. Las pérdidas para este año se estiman en millones de euros. El 25% de los 900.000 visitantes que entran cada año al Parque Nacional más grande de Europa son austriacos. Pero se espera que este verano los nacionales sean el 80%, y el 20% restante de países fronterizos, especialmente alemanes. No se esperan turistas de los países meditarráneos o Asia.
Quizás te interese: Breve historia de cómo se ideó y construyó la Grossglockner