Todo esto ya es posible desde el pasado 1 de diciembre, cuando la empresa Eurac Research inauguró TerraXcube en el nuevo parque tecnológico de Bolzano (Tyrol del Sur, Italia) Las condiciones climáticas que este edificio podrán reproducir, también abrirán un nuevo capítulo para estudios ecológicos, así como una amplia gama de oportunidades de pruebas industriales. TerraXcube es único en el mundo, una infraestructura de vanguardia que acoge a empresas italianas pero también abre los brazos a otras europeas.
La cámara climática principal de TerraXcube llamada "Gran Cubo", tiene paredes tan altas como un edificio de dos pisos y miden 12 metros de largo. Un camión o incluso una máquina pisapistas pueden entrar cómodamente por la puerta de corrediza de cuatro metros de altura. En el sótano, hay 12 "Mini Cubos" con paredes de tres metros de largo para investigaciones mas pequeñas. Otros espacios de trabajo incluyen la clínica hospitalaria, laboratorios, un taller y la sala de control.
La idea de crear el edificio de TerraXcube nació hace seis años por parte de Eurac Research cuando se dieron cuenta que a menudo estudiar las respuestas humanas a altitudes y condiciones extremas es frecuentemente un desafío. Hermann Brugger, uno de los socios de la empresa vivió de cerca una de estas experiencias, cuando hace dos años él y su equipo a punto estuvieron de morir sepultados por una avalancha en el Cervinia cuando estaban realizando un estudio de investigación.
A medida que fueron dando cuerpo a la idea y diseñaban TerraXcube, se dieron cuenta que lo que en principio debía ser una pequeña instalación para estudios de investigación de laboratorio, podría servir para muchas más empresas que necesitan testar sus productos en condiciones climáticas especiales como los fabricantes de ropa térmica, pero también otras necesitarían saber el comportamiento de ciertos vehículos en condiciones meteorológicas muy precisas. De hecho Sierra Nevada en España es uno de los puntos donde las marcas de coches llevan sus modelos para estudiar su comportamiento a gran altura y bajas temperaturas.
Al final decidieron construir un edificio de dimensiones colosales donde cupieran desde pequeños equipos de trabajo a grandes vehículos. También han creado zonas para cultivar productos y se pueda ver su comportamiento ante los nuevos desafíos de la ecología y replicar en laboratorio lo que fuera podría tardar mucho más en estudiarse.
Ahora cualquier empresa que lo desee (siempre y cuando pague la tarifa correspondiente), podrá testar sus productos en salas que pueden reproducir temperaturas de entre -40ºc a +60ºC y con la capacidad de crear en 25 minutos la presión atmosférica y reducción de oxígeno del el 6% al 21% para simular que estamos a altura de 9.000 metros, superando al Everest. También lluvias intensas o continuas, nevadas de hasta 5 cm por hora, así como fuertes rachas de viento de 30 m/s. En el otro extremo también se puede ver el comportamiento en momentos de gran sequía o registros del termómetro propios de un caluroso día de verano en el desierto de Sáhara. En total, 1.240 m2 para hacer pruebas e investigación en tiempo real.