Este remonte, que estuvo funcionando casi 50 años, recorre vertebralmente la estación, desde la cafetería de la zona baja, a la entrada de la estación, hasta la cota más alta, junto a la cafetería superior.
Pese a los malos augurios que precedieron al cierre del remonte en Pajares, con numerosas críticas y previsiones sobre el aumento de las colas y los tiempos de espera en Pajares, lo cierto es que leste invierno apenas se notó. Cierto es que la temporada 2016-2017 no fue muy habitual, ya que apenas hubo nevadas y solo el trabajo de la plantilla de Pajares, con una intensa preparación de las pistas y un gran aprovechamiento de la nieve artificial, permitió alargar la campaña hasta apenas una semana antes del cierre oficial previsto.
Fue en mayo del pasado año cuando la dirección general de Deportes anunciaba a los hosteleros y concesionarios de Pajares el cierre de la mítica silla, que además, prestó su último servicio a la causa durante el verano, ya que fue el remonte turístico que el Principado abrió para los visitantes y senderistas que querían subir hasta la zona alta. Entonces, el director general de Deporte, José Ramón Tuero, explicaba que
El telesilla del Brañillín, único remonte que queda ahora en Valgrande-Pajares y que une la base con la cima de la estación, será el remonte que este verano se ponga en marcha para los turistas. Aunque generalmente esta instalación está operativo en junio, este año habrá que esperar hasta el mes de julio.
El motivo es que los operarios de Pajares han desmontado recientemente el motor del equipamiento, que será trasladado en las próximas fechas a Cantabria para proceder a labores de mantenimiento para que esté listo para la próxima temporada. Estos trabajos obligarán a retrasar su puesta en marcha veraniega, que se extenderá hasta el mes de octubre, como viene siendo habitual.
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