La generación de 'baby boomers', que coincidió con el apogeo del esquí de la década de los '70 y '80 es menos propensa a esquiar. Los viejos amantes de las tablas se van retirando poco a poco de las las pistas. Tienen todavía la vitalidad para esquiar muchos más años, pero prefieren otras actividades. Nicolas Antille afirma que será dificil reemplazar a este cliente.
La tendencia se refleja tanto en los aficionados como en los profesionales. Los turistas que van una semana de vacaciones, se quedan igualmente aunque no haya nieve y siempre y cuando haya sol y buen tiempo. No les importa no poder practicar deportes de invierno "a tiempo completo" explica el geógrafo al portal suizo.
Entre los profesionales también se nota una reducción. Grégory Quin, historiador del deporte en el Instituto de Ciencias del Deporte de la Universidad de Lausana, afirma que la Federación Internacional de Esquí ha registrado una disminución constante de licencias desde los Mundiales de Crans-Montana en 1987,
Según el historiador, hasta la década de los '80, el 80 a 90% de los escolares hacía cada año sus campamentos de esquí. En las dos últimas décadas este número ha disminuido significativamente. Si los estudiantes no practican deportes de invierno, será difícil atraerlos después a las pistas cuando sean adultos.
El gusto por las actividades al aire libre también ha cambiado. Hace treinta años, el esquí era prácticamente un monopolio durante el invierno en las montañas. Desde entonces otros deportes como raquetas de nieve o esquí de fondo han multiplicado sus aficionados. Estas alternativas requieren menos nieve y con frecuencia atraen a más gente que los esquís de alpino.
Andreas Keller, Jefe de la División de Comunicación de la Asociación de Remontes Suizos, afirma a swissinfo.ch que las estaciones empiezan a ofrecer otras alternativas con el fin de ser menos dependientes de la nieve,