La idea se le ocurrió este invierno en la misma Le Clusaz, su estación base, y se la propuso rápidamente al cámara Fred Rousseau, rider, fotógrafo, cámara y propietario de un dron, a quien le encantó la idea y se pusieron a trabajar rápidamente. Lo primero fue comprar la ristra de luces led por Internet, las cuales fueron adaptando al material de manera que no se cayesen por el camino.
Al día siguiente fueron a probar las lineas por las que se rodaría el video, e hicieron pruebas con el dron, a ver que tal funcionaba sin iluminación externa. Algunos problemas que se encontraron fue que la posición de los leds deslumbraban a Mathieu Bijasson. El resultado fue que acabó estampado contra un árbol. Una luz en el frontal fue la solución. A partir de ese momento la experiencia fue distinta, y estuvo muchas noches saliendo a hacer freeride.
Tanto es así que el rider se atrevió a hacer un cork 7, una vuelta en sí mismo de lateral. Afirma que hacer ese truco de noche le repercute mil veces más sensaciones que en un big air por la mañana. Y no es para menos, si tal como podemos ver en el vídeo, su vista apenas alcanza lo que llega el foco de su frontal. Es decir, se tira prácticamente a ciegas. Con todo, Bijasson afirma que poder esquiar por la noche le permite combinar su día a día con su familia,
"Mi vida no ha cambiado desde que he sido padre. Como ya he hecho de mi pasión mi profesión, sigo trabajando mucho, pero al mismo tiempo quiero estar cerca de mi familia. Y como todo el mundo sabe, los padres tienen más libertad una vez que los niños están en la cama."