Bode Miller no se lo toma como un acto de promoción de su persona, sino como una manera de poner su granito de arena en ese deporte que tanto ama, y por tanto pone toda la carne en el asador. No solo se pasa todo el día en las pistas con su público (este año no por culpa de su reciente lesión), sino que luego se dedica a responder las preguntas y hasta organiza un megasorteo en el que se pueden encontrar verdaderas joyas propias logradas en sus competiciones.
Para participar en la BodeFest se han de pagar 49 dólares. Es una manera de asegurarse que los que partcipan lo hacen porque realmente valoran lo que van a vivir ese dia. Y no son pocos los que pagan su correspondiente entrada.
Bode Miller no pudo esquiar este año con los niños y niñas, pero se sentó en una mesa y dedicó toda una sesión a responder exclusivamente las preguntas de estos pequeños corredores, base del futuro del esquí americano. Antes de eso pudieron participar en la BodeX Fun Race, donde se les regaló el peto y un jersey conmemotrativo, una bolsa lleno de regalos, el almuerzo en barbacoa, y la posibilidad de ganar un sinfín de regalos, entre ellos diferentes recuerdos de los Juegos Olímpicos de Sochi 2014, dos entradas VIP para la carrera de Copa del Mundo que a finales de este 2015 se disputará en la Birds of Prey de Beaver Creek, una botella de champagne de gran tamaño firmada por Bode Miller, un abono de temporada para Cannons Mt., unos esquís de taller Head realizados para Bode Miller, y un peto llevado por el mismo corredor norteamericano.
Pero este año el sorteo tenía un premio extra. El Cadillac Escalade de 2003 del propio Bode Miller, que cuenta con vidrios polarizados, accesorio dorados y, sin duda, un pedigrí decididamente único. Claro que para acceder a este premio habñia que pagar 100 dólares por el boleto. El vehículo llevaba aparcado en el garage de casa de los Miller desde hacía tiempo, y su hermana decidió que era hora de hacer sitio, y que mejor manera que sorteándolo en el BodeFest.
El corredor norteamericano estuvo de acuerdo en desprenderse del vehículo, y todas las ganancias también las ha donado íntegramente a la The Turtle Ridge Foundation, una Fundación de la que Miller es uno de los fundadores, y que se preocupa porque niños sin recursos con potencial deportivo, tengan acceso a entrenamientos y material técnico.