Algunos corredores incluso afirman que hay un sonido para cada tipo de Descenso. EL noruego Kjetil Jansrud, segundo en la General de Copa del Mundo, afirma que "hay un sonido de ir rápido". De hecho afirma que cuando no va a la velocidad precisa, el sonido baja, y lo detecta.
Esto es posible por la intensa concentración que llevan estos corredores desde momentos antes de su salida. En cambio para cualquier espectador situado a un lado de una pista, los esquiadores que pasan por allí dejan una estela acústica inimitable, no muy diferente a la de una bala o un misil.
Steven Nyman, uno de los mejores velocistas norteamericanos de esta temporada, afirma que cada momento de concentración cuenta, y que cada sonido debe ser procesado en su cerebro en décimas de segundo mientras baja. Y afirma que en caso de oir algo inesperado puede desconcentrarse y perder la carrera. Cuenta en una anécdota que en una ocasión un par de chicas le gritaron desde el telesilla, eso le desconcentró y perdió un tiempo valioso. Jansrud confirma eso, añadiendo que oyó su nombre a mitad de una carrera. Un altavoz situado en mitad de la pista reprodujo las palabras del locutor de carrera, no se lo esperaba, y pese a ir con buen tiempo, acabó muy por detrás de lo esperado.
El corredor de Descenso lo que quiere oír es la algarabía de la gente, el ruido de los cencerros, las palabras de los técnicos, el sonido del canto metálico de los esquís al serrar la nieve, etc... Se sienten cómodos con esa cacofonía y quieren eso, y no silencio, para mantener su concentración. "Es cuestión de equilibrio", afirma Jansrud."Y no sólo el equilibrio físico. La retroalimentación en tus oídos y sus otros sentidos crea una especie de equilibrio mental".
The New York Times presentó este vídeo la semana pasada, y recomienda escucharlo con auriculares para hacerse una idea real de lo que envuelve a un corredor desde la salida, hasta poco tiempo después de la linea de meta, cuando el gentío ruge su nombre....