Nuevamente y como pasa en casi todas estas conferencias, el reto está en como atraer nuevos esquiadores. El mercado allí también se les ha quedado plano. Bordean los 60 millones de días de esquí vendidos. Unos años los superan un poco, otros se quedan un poco mas abajo, pero de ahí no pasan. Lo que sí ha crecido es el gasto. Si en la temporada 2001-2002 cada esquiador gastaba 59 dólares de promedio en su jornada de esquí, la temporada pasada la cifra subió hasta los 90 dólares. No es de extrañar, si los forfaits en las principales estaciones están por encima de los 65 dólares, y en muchas superan los 100$.
Afirmaban allí los expertos que sus estaciones se nutren generalmente de esquiadores pertenecientes a la 'Generación Y', esos que nacieron entre 1976 y el 2000 y que no se está viendo un relevo generacional. Es decir, que no hay nuevos esquiadores que vayan a suplir a los actuales cuando se jubilen o se vayan retirando.
Una de las razones es que los 'millennials' como llaman por allí a los de la Generación Y, ya no ganan tanto dinero como sus padres, y encima los gastos de vivienda son mayores. Pero las estaciones siguen codiciando a estos esquiadores porque son los únicos a los que les pueden sacar la pasta. El reto está en como hacer que sigan esquiando. Lo más importante que se hizo en los últimos 20 años para atraer clientes fue el nacimiento del snowboard, pero esta modalidad también está muriendo a pasos agigantados en todo el mundo y se espera que sea una práctica residual en otros 20 años.
Ante este panorama es de esperar que algunas estaciones lo estén pasando mal. Entonces apareció en escena Bill Jensen. Se trata de toda una institución en el sector del esquí en Norteamérica. Lleva décadas en este sector, y fue uno de los pioneros del desarrollo de Vail Resorts o Intrawest. Si que este hombre pida su turno para hablar ya calla bocas, lo que soltó aún hizo acallar mas todavía.
Para este hombre el futuro pinta negro para muchas estaciones, pero mejor para otras muchas. Esta es según él la clasificación de las 470 estaciones de Estados Unidos (y atención porque oiremos hablar mas de esta clasificación):
1.- Uber: 10 estaciones de esquí
2.- Alpha: 35 estaciones de esquí
3.- Status Quo: 125 estaciones de esquí
4.- Survivor: 150 estaciones de esquí
5.- Sunset: 150 estaciones de esquí
Las 10 estaciones Uber y las 35 Alpha representan el 40% del mercado del esquí en Estados Unidos. Las 125 Status Quo ganan lo justo para seguir invirtiendo y crecer. Las 150 Survivor, pues ya lo dice la palabra, se dedican a sobrevivir como pueden cada año. Y luego están las 150 Sunset, que como también dice la palabra, está en un ocaso que las verá morir en pocos años hasta su cierre.
El éxito para convertirte en un Uber o un Alpha, está en la calidad hotelera (algo de las que carecen las Sunset), una implantación de la cultura del esquí, alianzas y asociaciones con otras estaciones, y la inversión de capital en nieve artificial e instalaciones.
Jensen no quiso especificar a qué estaciones colocaba en Uber, pero afirmó que las situadas en grandes montañas y bien conectadas con grandes estaciones, y las del Oeste, son las que tienen más números de sobrevivir. En ese saco están las 4 de Aspen, Vail y Beaver Creek, Jackson Hole y las 'Park Cities' (Canyons-Park y Deer Valley), además de Whistler-Blackcomb en Canadá. 10 estaciones.
Harry Frampton, uno de los desarrolladores de Vail que fue presidente de Vail Associates en la década de los 1980 dijo que las pequeñas estaciones tienen su oportunidad si hacen un desarrollo inmobiliario. En el caso de las Sunset les conminó a que se asociasen con los municipios. Allí es muy raro que una estación sea pública.
Jensen apoyó la idea, añadiendo que los municipios podrían crear por ejemplo centros de convención parejos a las estaciones, como hizo Denver en su momento, llevándose a la SIA a su casa, después de que durante décadas lo estuviera organizando Las Vegas. Afirmó también que las Survivor son necesarias porque aportan una calidad de vida a las personas que residen cerca, y es por eso que cree que acabarán sobreviviendo, con la voluntad de las personas. De hecho ya hay varias estaciones gestionadas por fundaciones sin ánimo de lucro donde voluntarios atienden las instalaciones cada fin de semana.
Aquí se puede ver el trailer de un documental realizado el año pasado, que habla precisamente de esta nueva corriente: