Nada más lejos de la realidad, ya que si bien los adultos a partir de los 21 años pueden cultivar su propia marihuana y es legal comprar hasta una onza (28,3 gramos) en los 'dispensarios', el problema que se puede encontrar el turista, a quien solo se le permite comprar un cuarto de onza, es que no tendrá lugar donde fumarse su porrillo, y andará arriba y abajo con la piedra en el bolsillo sin poder deshacérsela a base de caladas.
Tras un referéndum organizado en 2012, los habitantes de Colorado aprobaron la enmienda 64 de la Constitución del estado, en el que se autorizaba la venta de cannabis para uso recreativo. Anteriormente ya era legal comprarla en algunos lugares muy específicos para uso sanitario. Se puede vender resina y hierba de cannabis y sus derivados en bebidas gaseosas o lociones.
De momento la venta de Cannabis está disponible en todo el estado de Colorado, incluidas las calles de las glamourosas estaciones de Breckenridge, Vail, Telluride, Crested Butte o Aspen entre otras. Pero el inconveniente es donde fumársela.
El único lugar claramente permitido es en una casa particular, con permiso del propietario lógicamente. Está prohibido en las tiendas o en cualquier lugar público (incluyendo los telesillas), en las zonas de fumadores de los bares o en las no tan secretas "chozas de humo" que han ido apareciendo en los bosques alrededor de muchos centros turísticos, y que la policía se encarga de ir destruyendo en cuanto las encuentra. Incluso hacerse unas caladas en el balcón de la casa o del hotel es un riesgo, porque se puede considerar un lugar público.
Algunos hoteles, contados con los dedos de una mano, permiten consumir cannabis en las habitaciones para fumadores. Lo mismo pasa con los alojamientos privados para compartir. Y es aquí donde algunos han visto la manera de destacar sobre el resto. En el portal AirBnb se anuncian habitaciones "420-friendly", un argot que usa la 'Asociación Americana de Fumadores Marihuana'.
Pese a todas estas dificultades, las tiendas hicieron su 'agosto particular' la temporada pasada. Se formaban colas en sus puertas pese a la nieve y el frío de la calle. Según la Colorado Ski Country USA, el invierno pasado se vendieron 12,6 millones de días de esquí, un 10% mas que la temporada anterior. El incremento es más que significativo, pero afirman que no ha sido por el atractivo del cannabis, sino porque les cayó mucha nieve mientras que en otras partes como California o el Lake Tahoe, sufrieron escasez de nevadas.
Una onza cuesta antes de impuestos, 200 dólares. Luego se le añaden 46,55$ mas de tasas y un impuesto del mayorista. Mas de un 38 % del dinero que se paga es de impuestos. Actualmente hay normas similares tanto en autorización como de precios de venta y tasas, en otros estados como Washington, donde se legalizó en Julio, y esta será su primera temporada de esquí con la venta legal.
¿Se puede por tanto esquiar fumado? Pues también hay que andar con ojo con esto, porque hay normas que lo prohiben con sanciones severas. La enmienda 64 prohibe explícitamente que está prohibido el consumo de cannabis de manera que ponga en peligro la seguridad de otras personas. Es decir, no puedes subir fumado a esquiar, como tampoco lo harías borracho.
Además de la Enmienda 64, te puedes topar con La Ley de Seguridad del Esquí de Colorado, que aplica sanciones de hasta 1.000 dólares si se detecta que una persona toma un telesilla mientras está bajo los efectos del alcohol, cualquier sustancia controlada, o de otro tipo de drogas.