Corría el año 1864 cuando el británico Johannes Badrutt convenció a sus amigos para que disfrutaran en invierno del pequeño pueblo de St. Moritz, en los Alpes Suizos. Siempre lo habían hecho en verano y, para convencerles, les dijo que si no podían disfrutar del sol, pagaría él de su bolsillo el coste del viaje.
La realidad es que Badrutt se la jugó, pero le salió bien, ya que tuvo la suerte de que precisamente el día que regresaron sus huéspedes británicos brilló el sol. Pero poco se imaginaba nuestro amigo Badrutt la que estaba organizando, ya que sus huéspedes cuando volvieron al Reino Unido explicaron a sus atónitos amigos las bondades del invierno en los Alpes suizos. Desde aquel momento todo cambió en St, Mortiz. Lo que en 1830 era una pequeña aldea de apenas 200 habitantes, se fue convirtiendo hasta el día de hoy, en una verdadera ciudad con todo tipo de servicios donde el lujo impera por sus calles. Si bien por aquel entonces durante el verano ya era un destino de primer orden para los turistas mas opulentos gracias a sus aguas termales (ya visitadas en la época romana y medieval), a partir de aquel año se convirtió en epicentro del lujo invernal.
St. Moritz sigue siendo el único lugar del mundo con una pista de bobsleigh con hielo natural, la Olympia Bob Run, construida por primera vez en 1904, y que lleva acogiendo competiciones desde los años '30. Cualquiera puede bajar en esta pista acompañado de un piloto profesional, que lo conducirá a velocidades endiabladas que pueden alcanzar los 135km/h. Una experiencia que se ha de probar y que no deja indiferente a nadie después de haber soltado toda la adrenalina de dentro.
La relación con los deportes desde entonces siempre fue muy fuerte, y por eso es la única estación suiza que puede presumir de haber organizado dos ediciones de los Juegos Olímpicos, los de 1928 y los de 1948. Su fama es tal que tuvieron que registrar el nombre para protegerla en más de 50 países.
Pero no se puede hablar de la invención del turismo de invierno sin pasar por alto dos nombres que, sin ellos, la revolución de Johannes Badrutt se hubiera quedado en meros paseos por la nieve. Estamos hablando de Louis Antille, quien inventó el esquí de montaña tras fabricarse en Davos unos esquís, y de Sir Henry Lunn, propietario del Hotel Palace (actualmente la Clínica Bellevue), que empezó a desarrollar actividades en invierno donde el esquí estaba muy presente, organizando paseos y descensos para sus clientes. Considerado como uno de los padres del esquí alpino moderno, Sir Henry no paró de impulsar actividades relacionadas con el el esquí. De hecho, también sería justo recordar al ingeniero suizo Ernst Gustav Constam, ya que ante la pujanza del esquí, y la necesidad de llevar a todo tipo de esquiadores a cotas mas altas, inventó el telesquí.
El 24 de Diciembre de 1934, se ponía en marcha en Davos el primer sistema de transporte de esquiadores con los esquís puestos. El 'Bolgenlift', como así se le bautizó, fue inventado por este ingeniero suizo, y cubría una longitud de 270 metros y un desnivel de 60.
De todas maneras el epicentro de la invención del turismo de invierno sigue estando en St. Moritz. Situada en medio de los Cuatro Valles, fueron los miembros de la caballería británica quienes, por su afición al polo sobre nieve, le dieron esa pátina de lujo. Hoy se sigue jugando, en campeonatos mundiales incluso, y con jugadores y espectadores que se hospedan en algunos de los hoteles más lujosos del mundo, con tiendas efímeras de las principales firmas.
Para celebrar el aniversario, hoteles como el Badrutt’s Palace han creado paquetes especiales de una semana de duración que, además de los pases para la estación y sus noches de hotel incluyen cenas en algunos de los restaurantes más emblemáticos de la zona. Además, se ha creado un aroma oficial del cumpleaños, la fragancia ‘Inviern’, que se puede disfrutar en forma de vela para el hogar y en mikado.
Y para nostálgicos, han puesto a la venta una colección de carteles antiguos de turismo invernal de St. Moritz. Es la primera vez que se reeditan y esperan que sea el souvenir de moda de la próxima temporada de esquí. Eso sí, para los impacientes, ya están disponibles.