Después de que la tormenta Hércules hiciera descender los termómetros a mínimas récord a principios de año, el noreste del país vivió hoy una jornada de nieve intensa que dejó a miles de trabajadores y estudiantes en casa y convirtió los transportes en una pesadilla. Las condiciones meteorológicas obligaron a declarar la situación de emergencia en los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Delaware, mientras que áreas de Pensilvania, Maryland, Virginia y Virginia Occidental permanecen en alerta. La de hoy fue una jornada blanca en la que ciudades como Nueva York, Washington y Filadelfia registraron cotas de nieve históricas acumuladas en un sólo día, según informó el Servicio Nacional de Meteorología.
El icónico Central Park de Nueva York terminó el día de hoy cubierto con el mayor grosor de nieve de su historia en una sola jornada, 19,3 centímetros, cifra que supera el récord de 2001, cuando se alcanzaron los 15,2 centímetros. Los meteorólogos pronostican que la nieve cese en buena parte del noreste a lo largo de la jornada de mañana, pero no será hasta el viernes cuando remita la ola de frío, que en los próximos días dejará temperaturas bajo cero. Si hoy fue un día peligroso para los transportes por carretera, mañana se espera que lo sea aún más, porque la nieve y el frío extremo dejarán las vías cubiertas por una peligrosa capa de hielo, además de que se registrarán fuertes y gélidos vientos.
Una muestra de la parálisis que vivió hoy el noreste fue la capital del país, Washington, donde el gobierno federal ordenó a sus trabajadores quedarse en casa, lo mismo que hicieron buena parte de las oficinas de la ciudad, lo que, junto con el cierre de las escuelas, dejó una escena de ciudad casi fantasma a última hora de la tarde. Para mañana, unos 900 vuelos están ya bajo previsión de eventuales cancelaciones o retrasos, después de que hoy más de 3.000 fueran suspendidos y casi 6.000 no pudieran despegar a la hora prevista. El temporal trastocó también la agenda del propio presidente de EstadosUnidos, Barack Obama, que se vio obligado a retrasar sus reuniones programadas para hoy, según informó la Casa Blanca, donde se canceló la rueda de prensa diaria de su portavoz, Jay Carney.