La historia del esquí no puede escribirse sin hacer una parada en Mürren. Este pintoresco pueblo de Suiza con nieves prácticamente aseguradas y unas vistas impresionantes, tiene una gran tradición en los deportes de nieve. No en vano aquí se fundó la Kandahar, una de las competiciones más antiguas del esquí. Allí el británico Sir Arnold Lunn organizó en 1922 el primer slálom del que se tiene conocimiento. En honor a él existe todavía el Kandahar Ski Club. 12 años antes su padre persuadió a los lugareños para abrir una vía férrea que pudiese llevar a sus compatriotas hasta aquellas montañas y así poder vender los primeros paquetes turísticos, donde el esquí tomaba un protagonismo importante.
Como ya tenían tren, nadie se preocupó de abrir una carretera para coches, así que aquel pueblo sigue hoy tal cual, décadas después. Para llegar se ha de dejar el coche en un gran aparcamiento en Lauterbrunnen y desde allí bien tomar un pintoresco tren de montaña que va pasando por paisajes increible, o tomar una serie de telecabinas hasta Murren. Es un corto viaje que bien merece la pena, puesto que cuando se llega al destino, lo que te encuentras es un verdadero pueblo de cuento. La mayoría de edificios siguen siendo chalets de madera separados por estrechas calles libres de coches, y donde el Ayuntamiento no retira la nieve para darle ese toque auténtico de pueblo de montaña. Apenas hay un puñado de hoteles algo mas grandes, entre ellos el Eiger, fundado en 1920. Y para darle el 'punto Disney', cada invierno se monta una pista de patinaje de hielo al aire libre al que todo el mundo puede acceder libremente.
Se puede bajar desde la cima hasta el mismo Lauterbrunnen por varios sitios, pero uno de ellos permite hacer un descenso continuo de 15,8 kilómetros tras haber salvado un desnivel de 2.175 metros. Es una ruta que no está abierta siempre, dependiendo de las condiciones de nieve, pero que cada año es la sede de una de las carreras mas largas del mundo, la Inferno, que se celebra cada mes de Enero. Otras pistas importantes son la Schilthorn, Kanonenrohr y Kandahar, algunas de ellas inckuyen moguls o baches. Respecto a los remontes, la mayoría son rápidos aunque hay mucha telecabina.
Con el mismo forfait del Jungfrau, se puede acceder a mas de 220 kilómetros de pistas. Para hacerlo se ha de tomar un tren y bajar en teleférico hasta Lauterbrunnen, desde mediante otro tren, saltas al otro valle. A partir de ahí se pueden experimentar las variadas pistas del extenso area esquiable de Wengen y Grindelwald.
Mürren sin duda es uno de esos destinos de Suiza que se deben visitar para saborear lo que es el esquí auténtico.