Las previsiones apuntan a un crecimiento de los mercados
internacionales globales-excluyendo España-de entre u
n 7% y un 8%. Pero la mitad de las visitas de Grandvalira provienen de España, donde no se es muy optimista y se prevé que este mercado turístico
baje ligeramente como consecuencia de la crisis económica. Teniendo en cuenta estos dos factores, la directora comercial de la estación y directora general de NEVASA, expuso que
«el reto es reencontrar los días de esquí de hace dos temporadas. Volver a las cifras de hace dos años es un objetivo razonable».
Esto se traduce en aproximadamente
1,5 millones de forfaits o de días de esquí, cuando la temporada pasada se vendieron alrededor de 1,3 millones. Para ello, la nueva directora comercial y de marketing de Grandvalira expuso diferentes estrategias.
Mercados internacionales
Una prioridad para la temporada que está a punto de estrenar es la potenciación de los mercados internacionales. El mercado ruso es
«el que tiene las perspectivas de crecimiento más importantes», explicó Tarré, y habrá que continuar yendo a buscar. Igualmente se deberá trabajar por el mercado británico. Aunque se apunte a un descenso, Tarré no es partidaria
"de bajar los brazos", y piensa que hay que buscar fórmulas para
"reactivarlo". Más allá, la directora comercial de
Grandvalira cree que para mercados más lejanos deberá
"trabajar de manera pragmática» y aprovechar las conexiones aéreas con los aeropuertos más cercanos. En este sentido, apuntó que el mercado brasileño tiene un
"potencial importante", y
"tiene línea directa con Barcelona». Pero estos mercados más lejanos deberán trabajar con programas combinados. Esto es, por ejemplo, añadir días de esquí en Andorra en tours por Europa.
Pero el mercado que se quiere potenciar más desde Grandvalira esta próxima temporada es el
francés. Este es un mercado de proximidad, pero sólo representa el 10% de los visitantes de la estación. Esto llevó Tarré a calificarlo como
«la asignatura pendiente». Por la directora de Grandvalira, es necesario dar a conocer más la estación en ese territorio vecino. Es un trabajo que ya se ha empezado a hacer y de la que se confía recoger frutos esta misma temporada.
En relación al otro gran mercado de proximidad, el
español, Tarré reconoció que se prevén nuevas bajadas, pero hizo un llamamiento a no dejarse llevar por las previsiones económicas y recordó que el punto fuerte del negocio es que la gente que le gusta esquiar, va a esquiar. Esto es, quizás vendrán menos y gastarán menos, pero el reto es «que vengan a Grandvalira», y
«hacer que repitan».
La fidelización
Otro de los grandes retos que se ha marcado Tarré es la fidelización de los clientes. Es decir, encontrar
«mecanismos para generar la compra repetida». Esto se hará mejorando las relaciones con los clientes y las experiencias de éstos en el territorio Grandvalira. Pero también a través de la red. En este punto, la directora valorar que hasta ahora
"no se ha desarrollado bastante bien», y lo que se quiere es potenciar la parte on-line.
«Sacamos una nueva web», comentó Tarré, y pondrá en marcha una nueva estrategia de venta on-line.
Tarré reconoció que este es un
«canal minoritario» a nivel de ventas, pero que favorece que la comunicación con los clientes sea
«mucho más potente». De hecho, uno de los roles que se atribuye a las redes sociales es el de
«crear adhesión, atadura, del cliente con la marca y el producto». En este marco se realizarán actuaciones de promoción, para dar a conocer la oferta, y
«puntualmente» se ofrecerán «
primicias» a la gente que sigue la empresa para «sorprender» a los clientes y fidelizarlos, según apuntó la directora.
Fuera de la red ya se han hecho acciones en este sentido, como es ofrecer la
«garantía de esquí» con el forfait de temporada, por la cual, si se esquía menos de cinco días, se devuelve el dinero, según explicar Tarré.
También para fidelizar visitantes, Tarré cuenta con la política de precios.
«Suben un poco, el 3%, en general», explicó, pero se ha buscado «diluir el impacto» del aumento. Así el forfait de día de adulto será un euro más caro que el año pasado, y los forfaits de temporada quedan congelados. Los que compran estos forfaits son
«comprometidos», y así se compensa su fidelidad.
«No hace ilusión subir precios» en un contexto como el actual, argumentó Tarré, pero hacía varios años que no se tocaban y
«estamos obligados» desde el punto de vista de la rentabilidad de la empresa.
6 millones de inversión
Un año más Grandvalira invierte alrededor de seis millones de euros-que se reparten a partes más o menos iguales entre SAETDE y Ensisa, las sociedades gestoras de las dos estaciones de esquí. Estos se destinan a mejoras de las pistas, de la innivación artificial ya la ampliación de los servicios. Así se favorece que el esquiador se lleve una buena experiencia y se amplían las posibilidades que repita. Para cubrir estos nuevos servicios se crearán algunos puestos de trabajo, que intentarán cubrir con personal del país, inscritos en el Servicio de Empleo. Esto debe permitir también un mejor servicio, pues
«la gente local puede dar un plus» de información útil para los clientes, apuntó el director general de Grandvalira-Ensisa, Conrad Blanch.