Noticias La actualidad más blanca de la red
Última actualización: 02/05/2024 a las 12:47:00 (CET)

Fatzer: 175 años fabricando cables sin parar

Fatzer: 175 años fabricando cables sin parar
En 1836, la localidad suiza de Romanshorn fue testigo del nacimiento de una historia de éxito empresarial que, uniendo tradición e innovación, sigue viva en nuestros días. La empresa Fatzer se fundó con una clara apuesta por el continuo desarrollo de las áreas de negocio y gracias a su adaptación a los continuos avances tecnológicos ha sobrevivido a la globalización y las épocas de crisis.
"La marca del remonte puede ser una u otra, pero el cable siempre se pide que sea Fatzer". Quien así asevera es Joaquim Sosa, que junto a su padre, Joaquim también, distribuyen en España los cables de esta conocida marca suiza, que hoy por hoy están montados en gran parte de los remontes del mundo. Y así llevan 175 años. Pocas empresas en el mundo, sea cual sea su sector, pueden decir que llevan casi dos siglos fabricando lo mismo.

Fatzer
Los inicios de Fatzer junto al lago Constanza
Es, pues, una buena ocasión para repasar la historia, sin perder de vista el presente y, por supuesto, mirando siempre hacia el futuro. Como dueño, trabajador y comerciante, Joachim fundó, en 1836 y sin haber cumplido todavía los 17 años, la empresa Fatzer, que adoptó el nombre de la familia. La ubicación en el lago Constanza resultó ideal para su empresa de producción de cuerdas de cáñamo, ya que agricultores, propietarios de caballos y arrieros de la región vieron en su producto una buena oportunidad de negocio. Comerciantes de diversos sectores empezaron a mostrarse interesados en sus cuerdas e incluso las amas de casa modernas vieron en ellas una herramienta útil para colgar su lavandería

Su empresa creció con más rapidez de lo esperado. El creciente interés y la demanda activa por parte de pescadores profesionales y barqueros del Lago Constanza hicieron que Fatzer tuviera que contratar a tres ayudantes para poder satisfacer la demanda. Ya entonces, como lo es ahora, el lema de la compañía era ‘Satisfacemos sus necesidades a medida’ y esa filosofía ayudó a Fatzer no sólo a escuchar las necesidades de sus clientes sino que también le sirvió de impulso para la mejora de la calidad y el desarrollo de su material

En su bien estructurada tienda de Romanshorn, Fatzer fue incrementando su línea de productos: cuerdas para tender la ropa, cuerdas de carga, cuerdas con extremos de ojal, cuerdas para el levantamiento de heno, para constructores, de azote para cocheros, para hacer hamacas… La calidad de los productos de la fábrica de Romanshorn se expandió a los alrededores del Lago. A mediados del siglo XIX, la empresa Fatzer recibió un nuevo impulso al ser contratada como proveedor de las jarcias del primer barco suizo a vapor. Este contrato a gran escala (por el que la empresa facturó en su momento 2.000 francos de la época -1.500€-) abrió las puertas de Fatzer a la producción de cuerdas de carga pesada.

La pequeña producción de cuerdas pasó a su vez a manos de su hijo Johannes. Bajo su liderazgo, la creciente industrialización de la época oscureció el carácter artesanal de la empresa. Con los años, la necesidad y creciente demanda de cuerdas, especialmente para la minería, posicionó a la cordelería de cáñamo en un producto poco rentable. Pronto aparecería un nuevo producto que precisaba otro cambio de orientación empresarial: los cables metálicos. Pero, lejos de considerarlo una amenaza para su empresa, Johannes y en especial su hijo Ernst, quien tomó el testigo del negocio en 1890, aceptó el reto y empezó a adquirir grandes conocimientos de la nueva tecnología en sus viajes de negocios.

Gracias a una gran experiencia técnica y capacidad de previsión, el primer cable de alambres metálicos salió en producción alrededor del cambio de siglo en una pequeña cablería ubicada en las inmediaciones del actual edificio de oficinas. Fatzer se posicionó con solidez en el nuevo sector y pronto tuvo que ampliar su capacidad de producción. En 1912 construyó la primera fábrica y, dos años más tarde, puso en funcionamiento la primera máquina cableadora con una capacidad de producción de 15 toneladas, una cantidad muy destacable para la época. En otros dos años, Fatzer incorporaba a su línea una máquina de cableado tubular y otra de conformación de cordones con 24 carretes.

El fallecimiento de Ernst Fatzer y su esposa en 1921 es presagio de momentos difíciles y plantea un gran desafío para la hija de estos, Emma, de sólo 18 años de edad. La exportación, en auge hasta ese momento, se hundió a niveles mínimos y los años de crisis hicieron el resto. Pero, a pesar de muchos obstáculos, Emma logró llevar adelante la empresa en plena Segunda Guerra Mundial, aunque murió en 1944 antes de que la guerra hubiera acabado.

Su hijo mayor, Ernst Sieler, se hizo cargo de la gestión en 1948 y, con la contratación de 22 empleados calificados, volvió a tener rápidamente una posición clave en el mercado suizo de cables de alambres metálicos. La producción y las ventas se incrementaron de forma espectacular. Se adquirieron nuevas máquinas de cableado de alta velocidad y la fábrica se amplió en 1952. Ese mismo año, salió de la línea de producción de Fatzer el primer cable de alma cerrada fabricado en Suiza.

Amparados siempre en su extraordinaria calidad, nuevos mercados llamaron a las puertas de Fatzer: la demanda de cables para excavadoras, los cables con alma azul, se hicieron rápidamente muy conocidos en el sector de la construcción. A mediados de los años 50, la industria del transporte por cable creció rápidamente. Gracias a su intachable reputación, los cables de alta calidad de Romanshorn se aseguraron una cuota de mercado entre los mejores constructores de trasportes por cable y remontadores. Las demandas, especialmente en lo que respeta a tecnología de seguridad, eran cada vez mayores y esto requirió una nueva ampliación de sus instalaciones.

En 1970 y 1971, se levantó un nuevo edificio y con él, el inventario de maquinaria se amplió con dos modernas unidades. Con el fin de poder satisfacer la demanda de cables cada vez más gruesos y largos, la Dirección de la empresa decidió instalar en 1975 una de las mayores máquinas de cableado del mundo. La torre que acoge la máquina de cableado vertical es visible desde lejos y es capaz de producir cables trenzados con un peso total de hasta 110 toneladas.

Vídeo corporativo de Fatzer
La creciente saturación del mercado en Suiza a finales de los años 70, hizo que se desarrollaran nuevos territorios internacionales. La integración de la sociedad Fatzer en el Grupo BRUGG Ropes Technology Holding Inc. en 1992 fue un paso lógico para ambas empresas, asegurándose así mayor capacidad de producción y el liderazgo de la compañía a nivel internacional frente a sus competidores extranjeros.

En el sector de los cables para cabestrantes, empresas como Kässbohrer y Rotzler acogieron con deleite la calidad y buena disposición en las entregas de Fatzer, mientras que las entregas de cables portantes para el sistema ‘RopeCon’ representaron un segmento de mercado en expansión para el área del transporte de materiales. Como consecuencia de ello, se realizaron alianzas estratégicas con los principales fabricantes de sistemas de transporte por cable, los cuales siguen vigentes hoy en día.

La creciente demanda de productos de cables, tales como redes, cables totalmente de acero y los destinados a la agricultura, mantienen a Fatzer en una época de continuo crecimiento y aumento de los niveles de producción. Pero la ubicación de la empresa, con funcionamiento por turnos, demostró ser inadecuada al hallarse situada en las inmediaciones de una zona residencial. En 2008 empezó a construirse una nueva Planta II y, en tan sólo un año, una nueva gran máquina cableadora producía los primeros cables.

A pesar de la crisis económica, el aumento de los precios del acero y la creciente competencia de países con mano de obra barata, la demanda de productos Fatzer es tan elevada que el requerido cierre y reubicación de algunas máquinas de la Planta I no pudo llevarse a cabo hasta finales de 2010. ¿Bendición o maldición? En tiempos de crisis económica, es sin duda una razón para estar satisfechos, sobre todo teniendo en cuenta que el año anterior a la celebración de su 175 aniversario fue un año de récord histórico. ¿Y qué les deparará el futuro?. Desde la misma empresa afirman que
"según el zodíaco chino, este 2011 es el año del conejo de metal y, según esa cultura milenaria, eso significa tiempos de paz, prosperidad y diplomacia. ¿Qué mejor año pues para celebrar este importante aniversario?"

Los datos más sorprendentes
El primer transporte por cable
Más rápido, más alto, más lejos: esta es la impresión que se tiene leyendo sobre instalaciones de transporte por cable cada vez más grandes y potentes alrededor del mundo. Los cables de Fatzer desempeñan frecuentemente un papel muy importante en su construcción. Cuando en 1866 se puso en servicio la primera instalación de transporte por cable para personas en la localidad suiza de Neuhausen am Rheinfall, su constructor no podía llegar a imaginar la importancia que adquirirían este tipo de instalaciones en años venideros. Los cables de alambres de acero desempeñan desde siempre un papel básico ya que el desarrollo de la construcción de instalaciones de transporte por cable siempre ha dependido especialmente de ellos.

El invento del cable de cordones en el año 1834 por el consejero superior de minas Wilhelm August Julius Albert en Clausthal/Zellerfeld de la región de Harz permitió construir instalaciones de transporte por cable que se utilizaron en primer lugar en el sector de la minería. Las instalaciones de transporte por cable para materiales tuvieron una proliferación insospechada en todo el mundo por lo que hasta el comienzo de la II Guerra Mundial se construyeron más de 12.000 instalaciones de diferentes tipos.

El primer telesilla desembragable
Pero el auge del transporte de personas no llegó hasta después de la guerra y se introdujo simultáneamente con una novedad progresista: el 16 de diciembre de 1945 se puso en servicio en Flims el primer telesilla desembragable del mundo. Las torres de apoyo de los cables se hacían entonces de madera de alarce debido a la carestía del acero tras la guerra.

La torre más alta
La torre del teleférico actualmente más alto del mundo, en Kitzsteinhoren, que con una altura de 113 metros es incluso más alto que 14 de las 18 torres de la catedral de la Sagrada Familia de Barcelona, sería inconcebible si se hubiera utilizado madera para su construcción. Las cargas cada vez más pesadas y el aumento de la velocidad siguen poniendo hasta hoy a los ingenieros ante nuevos desafíos.

De cima a cima sin torres intermedias
El teleférico 3S desembragable Peak to Peak, está suspendido en el aire (sin ninguna pilona) durante 3 kilómetros. Une las dos cumbres de las montañas Whistler Mountain y Blackcomb Mountain en Canadá a una altura de hasta 415 metros. Los 4 cables portadores guía, con un diámetro de 56 mm, tienen una longitud total de aproximadamente 20 kilómetros y un peso de casi 18 kilos por metro, alcanzando así el considerable peso total de 340 toneladas. Cada uno de los cables es del tipo INTEGRA y consta de 158 alambres individuales.

Mayor transporte de personas
Pero el plusmarquista en lo referente a la capacidad de transporte es el teleférico 3S BUGA sobre el Rin de Koblenz (Alemania) que puede transportar hasta 7.600 personas por hora, en cabinas de 35 pasajeros. Los cables portadores guía tienen un diámetro de 54 mm y un peso de 17 toneladas y llevan además integradas fibras ópticas para la transmisión de datos. El cable tractor, empalmado sinfín, acelera las cabinas panorámicas hasta alcanzar una velocidad de 16 Km/h.

El más poderoso, y el mas alto del mundo
Transportando maquinaria
El teleférico para el transporte de materiales de la central eléctrica el Linth-Limmern, puesto en servicio no hace mucho tiempo, ocupa hoy el primer puesto entre los logros superlativos. Los cables portadores guía de alma cerrada de Fatzer tienen un diámetro de 90 mm y transportan cargas de hasta 40 toneladas superando un desnivel de algo más de 1.000 metros.

No menos espectacular es el telecabina más alto del mundo ubicado en el glaciar Dagu en China, el cual está climatizado y transporta a los pasajeros hasta una altitud de 4.843 metros sobre el nivel del mar, con equipo de oxígeno incluido. Ya que la 'estación valle' se encuentra a más de 3.000 m de altura. La empresa Doppelmayr construyó la instalación en el año 2008 y hasta el momento es el telecabina más alto del mundo. El teleférico más alto de Suiza se halla en Zermatt y transporta a los pasajeros al Pequeño Matterhorn, de 3.820 metros de altitud.

El más largo del mundo
Las instalaciones de transporte por cable para materiales transportan cargas allí donde no pueden utilizarse las máquinas convencionales debido a la inaccesibilidad del terreno o para reducir las grandes inversiones en la construcción de carreteras y vías de ferrocarril.

A principios del siglo XX ya estaban considerados como el medio ideal para transportar materias primas, escombros y otras grandes cantidades de materiales, superando sin problemas obstáculos como ríos, edificios, valles profundos o carreteras. Con sus 35 Km. de longitud y construido en 1905, la instalación argentina Chilecito-La Mejicana fue en su momento la instalación de transporte por cable para materiales más larga del mundo, y hasta que se construyó el teleférico de Mérida en el año 1958 fue también la instalación de transporte por cable con estación de montaña a mayor altitud.

La instalación sueca de Linbanan Boliden-Kristineberg estuvo funcionando desde el año 1943 hasta el 1987 transportando mineral. Con sus 96 kilómetros de longitud es hasta la fecha la instalación de transporte por cable más larga que se haya construido en el mundo.

El transporte mas seguro
Una comparación con otros tipos de transporte deja claro que los teleféricos y remontes mecánicos para estaciones de esquí son claramente los medios de transporte más seguros. En relación con las cifras de usuarios, el riesgo de sufrir accidentes mortales en este tipo de instalaciones es diez veces menor que con el coche o con el ferrocarril, e incluso más de cincuenta veces menor que con el avión. El riesgo de sufrir lesiones en teleféricos y remontes mecánicos para estaciones de esquí es entre tres y cuatro veces menor que en el tranvía, autobús o ferrocarril y hasta cincuenta veces menor que en el coche.

La torre mas alta del mundo, en Kitzsteinhorn
El más veloz va a 19km/h


Montando los cables y el manguito de conexión de oxígeno para el telecabina más alto del mundo, en China.

Artículos relacionados:


3 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    18/05/2011 13:14
    #1
    Muy bueno e interesante el articulo.

    karma del mensaje: 8 - Votos positivos: 1 - Votos negativos: 0

  • #2
    Fecha comentario:
    18/05/2011 15:17
    #2
    Un articulazo Ivan.
    Gracias por colgarlo y por el tiempo que te has tomado.
    Un diez para tí.

    karma del mensaje: 8 - Votos positivos: 1 - Votos negativos: 0

    • Gracias!
  • #3
    Fecha comentario:
    19/05/2011 08:31
    #3
    Muy bueno, podría ser el paradigma de la calidad suiza, o que la tradición-innovación deben ir unidas.
    Y ya que hablo de calidad mis felicitaciones al autor por la calidad (valga la redundancia) del artículo

    karma del mensaje: 8 - Votos positivos: 1 - Votos negativos: 0


Escribe tu comentario





 

Si este mensaje tiene un solo insulto, no te molestes en enviarlo, porque será eliminado.
AVISO: La IP de los usuarios queda registrada

Los comentarios aquí publicados no reflejan de ningún modo la opinión de nevasport.com. Esta web se reserva el derecho a eliminar los mensajes que no considere apropiados para este contenido. AVISO: La IP de los usuarios queda registrada, cualquier comentario ofensivo será eliminado sin previo aviso.



Lo más leído: