Un ejemplo de ello lo encontramos en las figuras de Antoni Puig o de Thomas de Morawitz, quienes, junto con Joan Poll i Puig, participaron en los Juegos Olímpicos de Invierno de Saint Moritz en 1948. Los primeros esquiadores (y algunos trineos) llegaron a Vall de Núria en 1909, y en 1911 se organizó la primera semana blanca en Ribes de Freser. Un año después se celebró el primer campeonato internacional de deportes de invierno en Ribes de Freser, La Molina y Puigcerdà.
El aumento de esquiadores y la afluencia de visitantes en invierno facilitó la apertura del santuario en invierno (1916). La decisión de mantener el santuario abierto durante todo el año facilitó el desarrollo del esquí; no obstante, los esquiadores se enfrentaban a un duro inconveniente: la falta de remontes mecánicos. Por aquel entonces, los amantes de la nieve debían subir a pie hasta el Puigmal o el Noucreus para realizar descensos de más de una hora que compensaran el esfuerzo realizado, o también podían realizar travesías, descubriendo valles de ensueño por los que esquiar a placer sobre nieve virgen.
La primera travesía con esquís entre Ulldeter y Núria tuvo lugar en 1920, y entre Núria y la Molina en 1921. La llegada del cremallera (1931) y la construcción del trampolín de saltos (1933) sentaron las bases de la estación de esquí de Vall de Núria.
El Club Alpí Núria se fundó el 26 de diciembre de 1932, y cuando la Federación Catalana de Esquí inició sus actividades en 1933, el Club pasó a formar parte de la junta directiva. Se reorganizó después de la Guerra Civil y a partir de 1941 inició la publicación de una circular pionera en España.
Los primeros remontes
En 1942 se inauguró el primer remonte mecánico de Vall de Núria: el funicular de la Coma del Clot (sustituido por un telecabina en 1988), y en 1947 entraron en funcionamiento el telesquí el santuario y el telesilla del Pic de l´Àliga. En 1961 se inauguró el telesquí Jordi Monjo, que no tardó en recibir los sobrenombres de La Pala y del Bosc. En 1979, el telesquí Cabana dels Pastors sustituyó al del santuario. En 1993 entró en funcionamiento el telesquí Finestrelles y se inauguró el telesilla cuatriplaza de la Pala, en sustitución del telesquí Jordi Monjo.
Actualmente, la estación de esquí Vall de Núria, acogedora y familiar, ofrece a los esquiadores un total de once pistas de esquí alpino repartidas en 7 kilómetros (tres verdes, tres azules, dos rojas y dos negras), así como una pista especial para trineos. Gestionado por Turismo y Montaña de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña, los responsables del resort de Vall de Núria siempre han velado por el mantenimiento del patrimonio natural que les rodea, implantando y aplicando un sistema de gestión medioambiental a medida en todas las actividades desarrolladas, de acuerdo con las exigencias recogidas en la norma ISO 14001. Por otro lado, la estación de esquí ha obtenido la Q de Calidad, que otorga el Instituto para la Calidad Turística.
El tren cremallera
Antes de la inauguración del ferrocarril cremallera del valle de Núria, el 22 de marzo de 1931, el santuario y su entorno vivían aislados de la civilización, lo que obligaba a transportar a pie o en mulas (a través del camino viejo de Queralbs a Núria o por Fontalba) todo el material que se necesitaba para realizar el mantenimiento cotidiano del templo o para construir nuevas instalaciones. Los arrieros, que realizaban el transporte con sus animales de carga, se enfrentaban a un trayecto largo y lleno de dificultades, soportando copiosas nevadas en invierno y los problemas que conlleva el deshielo en primavera.
Los devotos de la Virgen de Núria que querían visitar el santuario tenían el mismo problema. Para acceder, tenían que andar tres o cuatro horas en sentido ascendente, complicándose la subida con la llegada de las primeras nieves. Cuando, por san Pedro, el 29 de junio, se volvía a abrir el santuario, no era extraño encontrar el camino dañado a consecuencia de las nevadas y el deshielo. A partir de 1916, el santuario empezó a abrir sus puertas durante el invierno, un buen aliciente no sólo para los peregrinos, sino también para esquiadores, alpinistas y excursionistas, que por aquel entonces empezaban a extender sus actividades a los principales macizos del Pirineo. A pesar de que los alpinistas traían consigo un equipo técnico superior al de los peregrinos, también debían realizar un gran esfuerzo a la hora de subir hasta Núria para practicar su deporte favorito.
El proyecto seguiría el ejemplo de los ferrocarriles construidos en los Alpes y en las Montañas Rocosas en Estados Unidos. El 20 de noviembre de 1926, el Gobierno de España dio luz verde al proyecto y justo un año después la empresa Ferrocarriles de Montaña a Grandes Pendientes (FMGP), responsable del cremallera de Montserrat, obtuvo la concesión. Las obras se iniciaron el 24 de mayo de 1928, bajo la dirección de Fenech y Muñoz. La construcción de la vía, junto con los túneles, los puentes y los viaductos, se inició simultáneamente en Núria y en Ribes de Freser.
Para realizar una obra de tales características se contrató un número aproximado de 800 obreros, que llegaban a ser 1.000 en verano. Los raíles (1.000 mm) y la cremallera no se empezaron a instalar hasta principios de 1930, colocándose en sentido ascendente. De este modo, las locomotoras y los vagones que ponían a prueba la línea ayudaban a trasladar a los obreros y todo el material.
El 30 de diciembre de 1930 se hizo un primer viaje de prueba con una locomotora de vapor procedente de Montserrat. El 22 de marzo de 1931 se inauguró oficialmente el ferrocarril cremallera de Vall de Núria, con una longitud total del trayecto de 12,5 km, 7 de ellos en cremallera y 5,5 km en adherencia. La línea superaba 1.058 m de desnivel utilizando el sistema de cremallera de diente doble fabricado por la Societé de Usines de L. Van Roll de Suiza, que permitía remontar pendientes de hasta el 15% (en el tramo de adherencia la pendiente máxima es del 5,5%).
En 1935 se inauguró la estación de Ribes Enllaç, conectando la línea con el ferrocarril de Barcelona a Puigcerdà y la Tour de Querol. La Guerra Civil obligó a realizar ajustes en los horarios y el cremallera funcionó intermitentemente hasta 1939. En 1953 se inició la construcción de la actual estación de Núria, lo que potenció el esquí y el alpinismo en la zona.
Tras las graves inundaciones que asolaron muchas zonas de montaña de España (el valle de Núria incluido), en 1982 la Generalitat de Catalunya se convirtió en el principal accionista de la FMGP (Ferrocarriles de Montaña a Grandes Pendientes), la empresa concesionaria. El 2 de enero de 1984 el cremallera se incorporó a la red de la FGC (Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya). En 1985 entraron en servicio los nuevos automotores dobles de la serie Beh 4/8 construidos en Barcelona por la Maquinista Terrestre y Marítima, con licencia de la empresa suiza SLM. Poco a poco, la línea, las estaciones y el material móvil se fueron adaptando al presente, renovándose la vía en el tramo de cremallera entre 1998 y 1999. En 2003 entraron en servicio dos nuevos automotores articulados de la serie GTW 2/6, construidos en Suiza por la firma Stadler.
Como llegar a Vall de Núria
Para subir hasta Núria con el ferrocarril cremallera, debemos llegar primero hasta Queralbs o Ribes de Freser. La vía de acceso más rápida es la carretera nacional C-17 que une Barcelona con Puigcerdà, pasando por Vic y Ripoll. Durante el 2011 está previsto que finalicen las obras de la nueva autovía Barcelona-Ripoll, facilitando de esta forma el acceso a la comarca del Ripollès (1 h 20 min desde Barcelona). Si subimos desde el sur, sea desde Barcelona, Berga, Gombrèn o Girona (a través del Eix Transversal), una vez que llegamos a Ribes de Freser podemos dejar el coche en el aparcamiento de la estación de Ribes Enllaç, junto a las estaciones de Renfe y el cremallera.
También podemos entrar a Ribes y aparcar en alguna de las zonas habilitadas junto a la estación de Ribes Vila o bien seguir subiendo unos 5 km por la pequeña carretera GIV-6217 hasta el aparcamiento de la estación del cremallera situada justo a la entrada de Queralbs. Si llegamos desde el este (desde Molló, Camprodon y Sant Joan de les Abadesses o desde Girona vía Banyoles, Olot y Ripoll), una vez que enlazamos con la C-17 subiremos hacia Ribes de Freser pasando por Capdevànol y la fábrica de Aigua de Ribes.
Si bajamos desde el norte (Francia y Puigcerdà), subiremos por la C-17 hacia la Collada de Toses (puede haber mucha nieve en invierno), con la estación de esquí de La Molina bien visible a nuestra derecha. Una vez que dejamos atrás la Collada, pasaremos por Planoles y llegaremos a Ribes de Freser, desde donde parte la carretera GIV-6217 hacia Queralbs.
El libro de los 80 años
La guía “Vall de Núria 25 itineraros y ascensiones” es la primera guía oficial publicada en castellano que cuenta con el apoyo de Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya y Vall de Núria, y saldrá a la venta en pocos días
La obra cuenta con el prólogo del ex-presidente de la Generalitat de Catalunya MH Jordi Pujol i Soley, alpinista y gran conocedor del valle de Núria gracias a la familia de su esposa, Marta Ferrusola, quienes poseen una propiedad en Queralbs desde hace muchos años. La familia Pujol siempre se ha vinculado al excursionismo y al alpinismo dentro y fuera de Catalunya, fomentando el amor y el respeto por la montaña.
La guía dedica todo un apartado a narrar la historia del santuario de la Virgen de Núria, de la llegada de San Gil al valle y de las tradiciones que se han recopilado a través de los siglos en el norte de la comarca del Ripollés (Pirineo de Girona).
Se dedica una atención especial a los 80 años de la inauguración del ferrocarril cremallera, el único medio de transporte con el que se puede acceder al valle de Núria. En las páginas finales, se narra la historia de la estación de esquí, pionera en España y una de las primera de Europa en inaugurar teleskies y telesillas.
La travesia Núria - La Molina está narrada por Francesc Sanahuja y Toledano, presidente del Club Excursionista de Gràcia, ex-presidente de del FEEC y miembro de la Mountain Wilderness en España. Como buen esquiador de montaña, le dedica una atención especial a la célebre travesía. En la actualidad, tanto Vall de Núria como La Molina son propiedad de Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya y comparten actividades lúdicas y deportivas a lo largo de todo el año.
En la guía se recogen opiniones del alpinista Jordi Pons i de Guillermo Fernández, guarda del refugio de Ulldeter.
El centenario del viejo refugio de Ulldeter (el primero inaugurado en España) y el cincuentenario del nuevo, reciben la atención que se merecen en un apartado del libro.
Datos técnicos:
- Nombre: “Vall de Núria 25 itineraros y ascensiones”
- Autores: Víctor Riverola y Jekaterina Nikitina
- Colección: Montaña (Guías)
- Fecha salida: Marzo 2011
- Páginas: 192
- Tamaño: 11 x 19 cm
- PVP: 15,00 €
- Venta en: Librerías y este enlace de Desnivel