Al juicio asistieron tres abogados de la acusación (uno por familia) y dos en el caso de Aramón, representado por el director de Formigal, Antonio Gericó; el antiguo director de montaña, Pascual Pérez; y el responsable de marketing, Joaquín del Rincon. La intervención de los letrados, los dos peritos del holding y un dirigente de la aseguradora Mapfre alargaron un juicio que se prolongó durante once horas.
A la salida del tribunal, José Palacín, representante legal de la familia de Miguel Ángel Rodríguez, "Chusky", ex trabajador de la estación, explicó que el delito alude a los tres gestores de Formigal por "no haber tomado todas las diligencias y la prudencia debidas para evitar la muerte de estas tres personas", su cliente, el donostiarra Daniel Osambela y el vitoriano Íñigo Zurita, quien residía también en San Sebastián.
Los familiares del empleado de Sallent de Gállego denunciaron "amenazas" y un "intento de comprar su silencio con dinero público" hasta en cuatro ocasiones. "Lo que queremos es saber la verdad de las circunstancias en las que murió nuestro hijo", explicó su padre, Miguel Ángel. Y que la sentencia "repare los daños causados, dentro de lo posible".
Los responsables de Aramón declinaron hacer declaraciones. Su estrategia consiste en afirmar que los esquiadores no estaban en una pista o que se hallaba cerrada. Sobre el propio "Chusky", aseguran que puso los carteles de señalización y que en el momento del suceso estaba esquiando y no trabajando.
Según lo visto ayer, es muy probable que la sentencia sea recurrida, tanto si da la razón a las familias de los esquiadores, como si respalda la versión del grupo Aramón.
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