No obstante, a los tres responsables del centro invernal denunciados así como a la propia empresa y la aseguradora se les juzgará por una "falta de imprudencia" pero se ha desestimado un delito por "homicidio imprudente". Los motivos de esta consideración es que concurren tres elementos: un fenómeno natural, la falta de adecuación de la señalización de la zona en la que se produjo el alud y la práctica de una actividad de riesgo, como es el esquí, resume la juez en el auto.
La titular el Juzgado de Instrucción nº 1 entiende que "los esquiadores fallecidos eran expertos y que pudieron prever o ser conscientes del riesgo de avalanchas existente aquel día". Esta es su determinación después de valorar las pruebas y tomar declaración a los imputados y a los testigos.
Las fotografías tomadas en el acceso a la pista por uno de los fallecidos y trabajador de la estación, Miguel Ángel Rodríguez Antoñanzas, de 35 años y natural de Zaragoza, son la base de los argumentos del auto. En la avalancha también murió Daniel Osambela Echeverría, de 36 años y natural de San Sebastián, e Íñigo Enrique Zurita, de 37 años y vecino de Vitoria.
Estas imágenes las recuperó el departamento de Fotografía e Infografía Forense del Servicio de Criminalística de la cámara que permaneció hasta las 20.02 de la tarde del día de la tragedia, del que se dio aviso a las 13.04, en la oficina de Sextas de la estación. Entonces, uno de los denunciados la entregó a la Guardia Civil. Según el auto emitido el pasado 17 de abril, "no se ha podido determinar la forma y modo en que dichas fotografías, fundamentales para el esclarecimiento de los hechos objeto del presente procedimiento, fueron borradas".
Las contradicciones
No obstante, el autor recoge que el informe de estas imágenes "contradice palmariamente las manifestaciones" de uno de los responsables de la estación de Formigal en el atestado de la Guardia Civil tras el suceso, cuando todavía no se habían hallado las fotografías. Este manifestó que
Todas las pistas a las que se accedía desde dicho punto estaban abiertas y existía un riesgo de aludes de nivel 3".
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