Lunada ha quedado hasta ahora medio abandonada, gestionada por un particular y por el Ayuntamiento de Espinosa de los Monteros, que prácticamente la ha dejado morir sin ver el reclamo turístico que puede ser la estación para la comarca de las Merindades.
Pero parece que las intenciones podrían dar un giro gracias a la Junta de Gobierno Provincial de la Diputación de Burgos, que a través del área de Contratación, ha aprobado las adjudicaciones provisionales de diferentes iniciativas en torno al proyecto de revitalización económica llamado: “Las Merindades: Un futuro sostenible”, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional-Feder (80%) y la Diputación Provincial (20%). Pues bien, entre esos proyectos se contempla, por fin, la elaboración del “Plan de desarrollo y viabilidad de la estación de esquí de Lunada, en Espinosa de los Monteros, como centro de actividades todo el año”, al que se le ha otorgado una dotación económica de 42.200 euros.
Según ha explicado el portavoz del equipo de Gobierno Provincial, Borja Suárez, el Plan de desarrollo y viabilidad pretende analizar qué posibles usos se le puede dar a esta estación de esquí, al margen de periodos invernales, aprovechándola el resto del año para más actividades, además de mejorar las instalaciones.
Unas inversiones muy necesarias
Lunada es una pequeña estación de esquí situada bajo el Pico de la Miel, que cuenta con cinco remontes que sus usuarios, muy fieles y locales, conocen por sus colores en lugar de sus nombres. Pese a que sus cotas que no llegan a los 1500 metros la convierten en la más baja de España (1.280m-1.440m.), su situación geográfica la convierte en un verdadero polo de nevadas, llegándose a acumular espectaculares grosores de nieve (con frecuencia el Puerto de Lunada es el primero en cerrarse cuando llegan las nevadas a España).
Pero las pistas están totalmente abandonadas. Solo cuando nieva mucho se pueden pisar gracias a una máquina comprada hace unos cuatro años, y sus usuarios pueden utilizar los remontes. De todas maneras, el uso mayoritario que le dan ahora los esquiadores en la zona es el de esquí de montaña, para aprovechar la nieve que hay en las laderas. Una renovación de instalaciones y equipos, atraería sin duda a más esquiadores sin tanto nivel, que pudieran hacer uso de sus pistas, tal como pasaba en los '70 y principios de los '80, cuando los autobuses descargaban aficionados en su aparcamiento, y formaban largas colas en los telesquís.