Tiene un recorrido de 250 metros de subida totalmente automática y 550 metros de descenso. El cliente maneja la velocidad de descenso utilizando los mandos del trineo hasta llegar como máximo a 40 kilómetros por hora. La bajada está compuesta por diferentes curvas peraltadas, badenes y rectas. En cada trineo pueden subir una o dos personas, niños solos (a partir de 8 años) y de 4 a 7 años acompañados por un adulto. Al final del recorrido se puede comprar una foto en la que cada uno se ve bajando con el trineo. El precio de esta actividad es de 3,5 euros por persona.
La segunda parte de la ruta requiere un poco más de coordinación, pero sobre todo se necesitan ganas de pasarlo bien y de reírse en compañía de los suyos. Se trata de una zona en la que se puede patinar sobre hielo. El precio de esta actividad es de seis euros a la hora, y hay que tener en cuenta que se trata de una pista atípica, pues no tiene el suelo frío, así que te deslizarás sobre una superficie sintética con los patines de hielo. Esta pista no consume energía para mantener la capa de hielo, por lo que no contamina.
La zona recreativa Mirlo Blanco cierra la ruta, aunque para esta parte del recorrido hay que dedicar más tiempo si cabe que para todo lo anterior, pues tiene muchas más opciones para divertirse. En esta parte de Sierra Nevada encontramos, por ejemplo, bicislalom. Se trata de una bici y un patín muy especial con unas ruedas muy anchas solo para descender. Con ellas puedes girar donde quieras y subir cuantas veces te apetezca (permitido su uso sólo para mayores de 8 años de edad).
La biciski pueden usarla todo el mundo (a partir de los 6 años) y consiste en una bici que en vez de ruedas lleva esquíes, para deslizarse por la nieve. Cada persona usará una bici en función de su edad, pero en todos los casos se podrá comprobar la facilidad con la que se puede manejar esta bici. Algo parecido a la biciski es la sillaski. Se trata de otro gran invento de Sierra Nevada con el que los usuarios podrán subirse en esta silla que en lugar de patas está asentada sobre un esquí y con la que también se puede deslizar sobre la nieve. Otra sensación única para comprobar y divertirse en la nieve (la edad mínima para hacer uso de esta sillaski es de 8 años).
La gran ventaja de todas estas actividades es que pueden realizarlas tanto los niños como los mayores, por lo que la familia puede disfrutar unida de un divertido día en la nieve. Los toboganes deslizantes son sin duda la atracción que más gusta a los más pequeños. Y es que se pueden deslizar sobre un rosco inflable en dos toboganes de 130 metros cada uno de longitud, formados por diferentes curvas. Tendrán una sensación diferente al descender sin poder controlar el rosco (edad permitida a partir de 5 años).
Fuente: