La estación valora positivamente estas cifras, porque confirman el buen estado por el que pasan las pistas de la Cerdanya, que ya superan la cifra de esquiadores de la temporada pasada, algo que tiene mucho valor si tenemos en cuenta la mala coyuntura económica por la que estamos pasando. Aún así, se vendieron 5.000 abonos de temporada, un 5% mas que el año pasado. Este incremento de usuarios se debe, según Masella, a las "generosas y continuadas nevadas", aunque se ha notado también un aumento de los clientes que están comprando el forfait de un día, y no tanto el de mas jornadas. Esto está provocando menos pernoctaciones en hoteles y menos consumos en los puntos de restauración y bares de la zona.
Masella ya ha recibido 400.000 aficionados (frente a los 370.000 de la temporada pasada) cuando todavía falta un mes para cerrar la temporada, y espera que el Puente de Mayo vuelva a ser jornadas de gran afluencia de esquiadores.