-¿Cómo han recibido los últimos autos y sentencias judiciales relacionados con este proyecto?
-En primer lugar, no hay ninguna sentencia que vaya en contra de la Diputación ni de Sodeva. La sociedad lo que ha hecho es ir solicitando en cada momento los informes y licencias preceptivas y el Ayuntamiento de Tordesillas nos las ha concedido. La Justicia está para impartirse y respeto plenamente cualquier sentencia, pero está claro que en ningún momento Sodeva ha querido incumplir la ley ni atentar contra el medio ambiente. No soy jurista, pero por lo que yo he leído hasta ahora de las sentencias, todos los defectos son subsanables. Hay algo que parece que crea más dificultades, que es la Ley de Montes del Estado.
-¿No cree que se ha dado la imagen de que las cosas no se han hecho bien desde el principio, en el sentido de que las administraciones son muy exigentes con el ciudadano de a pie en todo, y aquí son las propias administraciones las que han incumplido los requisitos legales?
-Nosotros, ni como Diputación ni como Sodeva, facilitamos ninguna licencia. Las pedimos al Ayuntamiento, nos dicen que de acuerdo y seguimos adelante. Desde luego no voy a ser yo quien critique a una administración local como puede ser el Ayuntamiento de Tordesillas, pero sí es cierto que se nos dan todas las licencias y permisos y por eso continuamos con las obras. Pudiera ser que en algún momento no se haya explicado de forma convincente el bien social de este proyecto para justificar el cambio excepcional de uso del monte, pero es otra de las cosas subsanables. Seguimos creyendo que es un proyecto que intenta mejorar el desarrollo económico de una zona complicada -sur de la provincia-, y emplazado en una situación privilegiada para el acceso de las personas. Y en ese sentido seguiremos luchando por ello.
-Hay una cuestión de fondo, a la que usted ya se ha referido, que es la Ley de Montes, que parece un obstáculo difícil de salvar para poder cambiar el uso del suelo.
-Yo creo que la Ley de Montes tiene una filosofía que todos compartimos. En este país hemos estado acostumbrados a levantarnos todos los días con cientos de incendios provocados única y exclusivamente con el afán lucrativo de cambiar el uso del monte para convertirlo en suelo urbano o residencial de viviendas. Eso es algo que todos hemos padecido y había que corregirlo, y creo que de hecho la ley lo ha corregido en parte, lo aplaudo y me parece razonable. Quizás lo que el legislador no ha tenido en cuenta es este tipo de excepcionalidades. Es evidente, a mi juicio, que no es los mismo un incendio provocado que uno fortuito, como fue el incendio de 1999, provocado por el accidente de un camión en la autovía. Creo que la ley iba claramente enfocada contra la quema masiva de montes con el único objetivo de hacer casas en ellos, pero no es el caso. No se recalifica el suelo para uso residencial, sino con un único uso deportivo. También es cierto que al juez, si no hay un reglamento que desarrolle esas excepciones, no le queda más remedio que decir lo que dice la ley.
-Para tratar de salvar ese escollo han pedido a las Cortes regionales que apruebe una ley específica que declare este proyecto de interés regional. ¿Será la solución?
-Creemos que sí, y por eso se hizo esa petición. Nos parece que se debería buscar una solución para este proyecto, porque no hay mala fe, ni atropello, ni enriquecimiento de nadie, ni provocamos, entiendo, un daño medioambiental. Creo que el ciudadano lo sabe, y espero que aquellos errores administrativos que se hayan podido producir se corrijan. Es un proyecto, lo diré cien veces, innovador, que lo que busca es generar sinergías a su alrededor que provoquen algo tan necesario en este momento como es que el sector servicios se reactive y cree empleo. Es más, dentro del proyecto se contempla una plantación de árboles y hemos tenido reuniones con Ecologistas en Acción donde les hemos planteado aprovechar esa instalación para realizar un proyecto medioambiental que sirviera para los fines que todos perseguimos: el suyo, que es muy lícito, y el de la Institución, que es buscar el desarrollo del mundo rural. Pero hasta el día de hoy no ha sido posible.
-¿Se han planteado buscar una nueva ubicación, volver a empezar de cero?
-Cuando desde una Institución haces un proyecto con la ilusión de crear una alternativa innovadora a un territorio, todos los movimientos de este tipo son negativos para el proyecto, y no tendría mucho sentido en este caso. Yo creo que la solución es la que se está intentando. Además, hay que tener en cuenta que se hizo un estudio en todos los municipios desde Medina del Campo hasta Tordesillas y el sitio idóneo era Villavieja, no se eligió de forma aleatoria.
-¿Se han arrepentido en algún momento de haberse embarcado en este proyecto?
-Un político tiene que buscar fórmulas para mejorar la sociedad. En el ámbito de nuestras competencias, para mejorar nuestro territorio, las expectativas de creación de empleo y mejora de la calidad de vida de nuestros ciudadanos. Yo personalmente no me arrepiento de ninguna decisión que se haya tomado, sigo creyendo en el proyecto. Es innovador, presenta dificultades y por eso lo hace la iniciativa pública. No nos arrepentimos en absoluto, porque no hemos hecho nada irregular; sí estamos disgustados por la situación en que nos encontramos.
-¿Al final habrá pista de esquí, se atreve a apostar?
-Me gustaría, porque es bueno y no hace ningún daño medio ambiental.
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