Las avenidas de nieve sobre la calzada han estado a punto de originar tragedias en varias ocasiones. Es más, no se han cobrado víctimas humanas en los últimos años casi de milagro. ¿Cuál es la solución para evitar este riesgo y hacer seguro el acceso a Fuentes de Invierno y a San Isidro? Saavedra, que también tiene el título de especialista en avalanchas del Ministerio del Interior de Francia, lo tiene bien claro. «Hay que redactar un plan de intervención ante desprendimientos y aludes (Pida) y cumplirlo a rajatabla». Por lo que se refiere a San Isidro, el Gobierno regional tiene, al menos, un documento de este tipo. Fue elaborado por una eminencia en la materia, Richard Lambert, presidente de honor de la francesa Asociación Nacional de Nieve y Avalanchas, y contó con la colaboración del propio Saavedra, quien lamenta que la Consejería de Infraestructuras haya «guardado el plan en el fondo de un cajón», sin llevar a la práctica sus recomendaciones.
¿Y qué dice el plan de intervención de Lambert para San Isidro? Lo primero y principal, que para garantizar la seguridad de los miles de conductores que transitan por la carretera del puerto resulta necesaria la construcción de un falso túnel, de casi un kilómetro de longitud, en la zona de Riofrío.
Los especialistas también piden aludes controlados y estudios del manto níveo
Uno de los sistemas más modernos para el control de avenidas ha sido adquirido por la estación de esquí aragonesa de Formigal, del grupo Aramón. Se trata de un dispositivo helitransportado de desencadenamiento de avalanchas, integrado por cargas de oxígeno e hidrógeno y un control remoto de explosión. Un helicóptero distribuye las cargas por las zonas de la estación donde se quieran desencadenar los aludes, para, después, hacerlas explosionar merced a un equipo remoto instalado en el propio helicóptero. El sistema cuesta 125.000 euros.
Otra de las recomendaciones de Saavedra es llevar a cabo estudios diarios de la situación del manto níveo, con el objetivo de determinar con exactitud el riesgo exacto de que se vayan a producir aludes y, llegado el caso, poner en servicio los sistemas de avalanchas controlados como el que hay en Formigal. Este tipo de informes son habituales en las estaciones de Andorra, Francia, Italia y Centroeuropa, mientras que en España sólo se realizan con frecuencia en Cataluña y en Navarra. El experto en avalanchas, que ha desarrollado buena parte de su trayectoria profesional en complejos invernales andorranos, apuesta por que el Principado organice un equipo especializado en determinar los riesgos de avenidas en distintos puntos de la región, algo que, según apunta, «ahora se hace a ojo y casi sin ningún rigor».
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