Para los esquiadores de cierta edad que aprendimos a deslizarnos en el remonte (desmontado y reducido a chatarra) que instalaba el Club Deportivo Bilbao en La Sía, Lunada es algo que hemos visto nacer, cobrar auge y caer prácticamente en el olvido. Volver a su aparcamiento, dejar el coche frente al edificio que reúne oficinas, bar y guardaesquís y estirar las piernas con los remontes que afean el Pico de la Miel frente a nosotros, es volver 20 o 30 años en el tiempo.
estación durante uno de sus famosos nevazos |
El pasado martes (día 6) aprovechamos el aparcamiento de Lunada para realizar una marcha hasta el escondido y poco visitado Pico de Torcaverosa, que se encuentra detrás del Castro Valnera. Lo recomiendo. Nadie nos vino a saludar. Los cuervos y grajos se asomaron por los andurriales en busca de algún resto de comida. Él único sonido era el del viento. Nos deprimió ver tanta infraestructura desaprovechada, tanto destrozo para nada. Aún nos acordábamos, primero de los años en los que no había estación. Cuando todo eran brezales y prados. Pero también echamos en falta el bullicio de los años buenos de esquí bilbaíno-burgalés.
La estación tiene una página en internet: lunada.info